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Real Madrid y Manchester City chocan en un espectacular intercambio de golpes (3-3)
2024-04-09
Son los dos últimos campeones de Europa... y lo saben. Real Madrid y Manchester City han firmado un partido memorable, con seis goles, dos remontadas y una multitud de oportunidades. Un choque trepidante que se ha saldado con un empate a tres y todo por resolver en una eliminatoria espectacular que conocerá a su ganador en el choque de vuelta.
El Bernabéu tenía marcado en rojo este partido y envolvió el encuentro en un ambiente de noche grande. Lo fue, y de qué manera. Una vez más, la Champions hizo su magia en el coliseo blanco, techado para la ocasión.
Sin embargo, el comienzo no pudo ser peor para el Real Madrid. En el primer minuto, Tchouaméni derribó a Grealish y vio una tarjeta amarilla que le priva de jugar la vuelta. Pero eso no fue lo peor. Bernardo Silva convirtió la falta en el primer gol del City, al sorprender a un Lunin que no había colocado la barrera precisamente bien. Apenas habían pasado dos minutos y el City ya mandaba en el Bernabéu.
Los de Guardiola pudieron haber agrandado la herida si el portero ucraniano del Madrid no hubiera sacado un disparo de Haaland cuatro minutos después. Al Madrid le estaba costando entrar en el partido, pero cuando entró, lo rompió en mil pedazos. En el minuto 12, Camavinga empató el partido con un disparo que pegó en Rúben Dias y se coló en la portería ´citizen´. Sin tiempo para digerir el golpe, el City vio como minuto y medio después Vinicius metió un balón para Rodrygo, que superó a Akanji y Ortega con un disparo que rozó en el defensa. 2-1 y el Bernabéu se vino abajo.
El partido apenas había llegado a su primer cuarto de hora y era una absoluta locura. El City trató de llevar la iniciativa, mientras el Madrid sacaba sus uñas con sus ataques rapidísimos. La dupla Vinicius-Rodrygo estuvo especialmente inspirada.
El City también remonta
La sensación, ya superado el paso por vestuarios, era la del dominio del momento y de un posible gol blanco en cualquier momento, pero el partido tuvo un nuevo giro de guion. El protagonista fue Phil Foden, ese jugador capaz de, de vez en cuando, convertir en oro lo que pasa por sus botas. Recibió en la frontal, se colocó el balón y puso el balón en la escuadra. 2-2, un increíble 2-2. Lo que nadie esperaba es que cinco minutos después, ya en el 70´, el City repitiera la jugada desde el otro lado del área. Grealish metió el puñal en la defensa madridista, cedió atrás y Gvardiol sacó un zapatazo que se convirtió en el 2-3. Remontada inglesa concluida.
El Madrid no encajó bien el golpe. Ancelotti movió el banquillo y buscó sangre fresca. Pero parecía un equipo moribundo. Se había apagado la magia. O no... En el minuto 78, Vinicius puso un centro templado al otro lado del área y allí ejecutó Valverde una volea que valió un empate. Un broche maravilloso para un partido impresionante que no defraudó a nadie.
