Golpe de Estado y masacres en Sacaba y Senkata
Las causas comenzaron a avanzar cuando el país recuperó la democracia con la asunción del presidente Luis Arce.
2021-07-28
La Justicia boliviana aceleró las detenciones de los principales implicados en el golpe de Estado contra el Gobierno de Evo Morales y las masacres de las ciudades de Sacaba y Senkata ocurridas en noviembre de 2019 y por las que hasta ahora ya fueron capturados 13 militares, un expolicía y tres civiles encabezados por la expresidenta de facto Jeanine Áñez, aunque se prevé que en las próximas semanas seguirán los arrestos.
Solamente en los últimos seis días fueron aprehendidos el excomandante del Ejército, Iván Inchauste; el exjefe del Estado Mayor Pablo Arturo Guerra Camacho; el excomandante general de la Armada, Orlando Mejía; el excoronel del Ejército, Luis Alberto Pacheco y el exmiembro de un grupo de élite de las Fuerzas Armadas, Franz Vargas.
Las detenciones comenzaron el 11 de noviembre del año pasado, apenas tres días después de que la asunción de Luis Arce como presidente democráticamente electo pusiera fin al régimen de Áñez.
Ese día fue capturado el excomandante de la guarnición militar de Cochabamba, Alfredo Cuéllar. Después vinieron los arrestos del militar retirado Luis Fernando Valverde; el excomandante de la División Mecanizada del Ejército, Franko Suárez; el excoronel del Ejército, Julio César Tamayo; el exjefe del Estado Mayor, Flavio Arce San Martín, y los excomandantes Jorge Pastor Mendieta, Jorge Gonzalo Terceros y Gonzalo Jarjuri.
A estos 13 militares se les suma el excomandante de la Policía en Cochabamba, Jaime Zurita, mientras que en la lista de imputados civiles, además de Áñez, están sus exministros de Energía, Rodrigo Guzmán, y Justicia, Álvaro Coimbra, exministro de Justicia.
La expresidenta de facto, sus dos exministros y cuatro militares de alto rango están acusados de los delitos de terrorismo, sedición y conspiración, mientras que otros nueve imputados enfrentan cargos por homicidios y lesiones: cinco de ellos por la masacre de Senkata y cuatro por la de Sacaba.
El coronel Luis Alberto Pacheco, en tanto, tiene que rendir cuentas por una muerte ocurrida durante una represión en la ciudad de Betanzos. En todos los casos, se trata de causas por violaciones a los derechos humanos.