Donald Trump, el regreso del líder que no admite la derrota
Internacionales

Donald Trump, el regreso del líder que no admite la derrota


El magnate, consolidado ya como referente indiscutible del Partido Republicano, busca reconquistar la Casa Blanca Elecciones EE.UU. 2024, en directo la última hora | Guía para no perderse en los comicios

2024-11-05

Donald Trump ha apurado los últimos días de su tercera campaña electoral como candidato presidencial con un desafío histórico en el horizonte: convertirse en el segundo presidente de Estados Unidos con dos mandatos no consecutivos. Hasta ahora, solo Grover Cleveland había conseguido volver a la Casa Blanca tras ser desalojado por las urnas, y de eso hace bastante más de un siglo, pero el magnate neoyorquino se siente a la altura del reto. No podía ser de otra forma en alguien que, por encima de cualquier otra cosa, se considera un ganador y no concibe -ni mucho menos admite, como demostró en 2020- la derrota.

Esa perseverancia, a sus 78 años, remite a su capacidad competitiva, a su desmesurada autoestima, a la sed de triunfo de un hombre que ha pasado de ser un arribista en política a consolidarse como el referente indiscutible del Partido Republicano, la formación que cobijó a Abraham Lincoln, Theodore Roosevelt, Dwight Eisenhower y Ronald Reagan. Pero también recuerda su incapacidad para aceptar un principio democrático básico: la concesión de la victoria del rival, que es la cortesía que engrasa la alternancia pacífica en el poder.

La justicia aún debe determinar la responsabilidad de Trump en el asalto al Capitolio y en el intento de subvertir a su favor el resultado de las últimas presidenciales en Georgia, pero lo cierto es que el expresidente nunca ha admitido su derrota frente a Joe Biden en 2020, sigue defendiendo que fue víctima de un fraude electoral y, desde hace semanas, advierte de que este año se está preparando una conspiración similar para que gane Kamala Harris. Muchos estadounidenses le creen y, para detener ese supuesto complot y completar su obra política -Make America Great Again, Devolver la grandeza a Estados Unidos-, se movilizan para llevarle de vuelta a la Casa Blanca.

Un mandato caótico y divisivo

Es probable que esos simpatizantes tengan un buen recuerdo de su presidencia, pero esa no es la percepción más generalizada. Su mandato, el primero de un presidente sin ninguna experiencia política o militar, osciló entre lo caótico y lo inconsistente, como muestran los numerosos colaboradores que le fueron abandonando -algunos tras unas pocas semanas en la Casa Blanca y muchos vertiendo críticas graves contra él, como el ex Consejero de Seguridad Nacional, John Bolton-, y los abundantes gestos políticos que al final fructificaron en pocos logros reales.

Es indudable que Trump, aun a costa de acrecentar la deuda y el déficit comercial, supo prolongar el mayor ciclo de crecimiento económico en la historia reciente del país, llevando el paro a mínimos del último medio siglo, pero la pandemia de Covid-19 cercenó ese impulso en su último año. Su legado más duradero fue aupar al Tribunal Supremo a tres jueces conservadores, forjando una mayoría que puede durar décadas y que ya ha tomado decisiones de gran relevancia, como la derogación del derecho constitucional al aborto, aunque este fue un logro achacable más al Partido Republicano que a él mismo.

Donald Trump, el regreso del líder que no admite la derrota