La publicación de la Ley de Fortalecimiento Financiero para los Consejos Departamentales de Desarrollo (Codedes) pese al veto del presidente Bernardo Arévalo marca uno de los episodios más tensos entre el Congreso y el Ejecutivo en lo que va del año. La confrontación, conocida como el caso Ley Codedes vs veto presidencial, reaviva el debate sobre la independencia de poderes y el uso de los recursos públicos destinados al desarrollo local.
Ley Codedes, El origen del conflicto entre el Congreso y el Ejecutivo
El conflicto por la Ley Codedes vs veto presidencial comenzó tras la aprobación del Decreto 7-2025, conocido formalmente como Ley de Fortalecimiento Financiero de los Consejos Departamentales de Desarrollo. El objetivo declarado era aumentar la autonomía de los Codedes en la administración de fondos destinados a obras locales y descentralizar la inversión pública.
Sin embargo, el presidente Arévalo vetó la ley argumentando que vulnera los principios de control fiscal y transparencia, al reducir la supervisión del Ministerio de Finanzas y del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano y Rural (Conadur). Según el Ejecutivo, el texto aprobado abría la puerta a la discrecionalidad en el uso de los recursos y podía facilitar la corrupción.
El Congreso, controlado por una mayoría opositora, decidió publicar la ley en el diario oficial sin atender el veto presidencial, alegando que el mandatario excedió sus atribuciones y que el veto carecía de fundamento técnico. Con ello, la Ley Codedes vs veto presidencial se convirtió en símbolo de la creciente tensión entre ambos poderes del Estado.
¿Qué establece la nueva Ley Codedes?
La Ley Codedes vs veto presidencial modifica los mecanismos de financiamiento, ejecución y fiscalización de los proyectos departamentales. Amplía el margen de maniobra de los gobernadores y de los consejos de desarrollo para decidir directamente sobre la asignación de fondos de infraestructura, salud, educación y transporte rural.
En la práctica, esto significa que las decisiones sobre el uso de millones de quetzales que antes requerían aprobación del Ministerio de Finanzas podrán ahora tomarse a nivel departamental, con una supervisión posterior. Los diputados defensores de la ley argumentan que esto democratiza la inversión y acelera la respuesta a las necesidades locales.
No obstante, los críticos advierten que la descentralización sin mecanismos sólidos de control puede favorecer intereses políticos y clientelares. Organizaciones de transparencia alertan que los Codedes han sido, históricamente, espacios donde se reproducen prácticas de favoritismo y malversación de fondos.
El veto presidencial y los argumentos del Ejecutivo
El presidente Bernardo Arévalo presentó el veto al Congreso argumentando que el Decreto 7-2025 violaba principios constitucionales y ponía en riesgo la integridad financiera del Estado. En el documento oficial, el Ejecutivo enfatizó que la ley no establecía límites claros a la discrecionalidad de los Codedes ni mecanismos de auditoría inmediatos.
El Ejecutivo advirtió que, en el contexto actual, los cambios propuestos podrían permitir la transferencia de fondos sin la debida trazabilidad y abrir espacios para la corrupción local. “No podemos hablar de descentralización si no garantizamos transparencia y control ciudadano”, afirmó el presidente durante su mensaje nacional.
Además, Arévalo sostuvo que el país necesita una descentralización planificada, con controles electrónicos y participación comunitaria. Por ello, el veto no fue un rechazo a la idea de fortalecer a los Codedes, sino a la manera en que se estructuró el mecanismo financiero.
El Congreso responde: autonomía y equilibrio de poderes
En respuesta al veto, la directiva del Congreso convocó a una sesión extraordinaria en la que reafirmó la validez de la ley. Los diputados aseguraron que el presidente no puede vetar de manera indefinida un decreto aprobado con mayoría calificada, y que el Legislativo actuó conforme a sus facultades constitucionales.
El presidente del Congreso declaró que el caso Ley Codedes vs veto presidencial no se trata de un enfrentamiento político, sino de la defensa de la autonomía legislativa. “El Congreso no es una oficina del Ejecutivo. Nuestra función es legislar, y si el presidente considera que la ley tiene errores, que los corrija mediante diálogo, no con bloqueos”, señaló.
La publicación del decreto sin atender el veto fue interpretada como un acto de fuerza institucional y una advertencia al Ejecutivo sobre los límites del poder presidencial. Analistas señalan que el caso podría marcar un precedente para futuras disputas legislativas.
El papel de los gobernadores y las comunidades
Uno de los puntos más debatidos de la Ley Codedes vs veto presidencial es el papel que jugarán los gobernadores departamentales. Según la nueva normativa, estos funcionarios tendrán potestad para autorizar transferencias de fondos y validar proyectos locales sin pasar por los filtros tradicionales del Ministerio de Finanzas.
Los defensores del modelo aseguran que esto permitirá atender con mayor rapidez los proyectos de infraestructura en comunidades que históricamente han sido olvidadas. “Las necesidades de agua, caminos y escuelas no pueden esperar a trámites burocráticos eternos”, expresó un gobernador entrevistado por medios nacionales.
Sin embargo, expertos en administración pública advierten que muchos gobernadores carecen de equipos técnicos para manejar presupuestos millonarios. Si no se refuerzan las capacidades locales, la descentralización puede derivar en ineficiencia y corrupción, como ya ocurrió en otros programas de desarrollo.

Ley Codedes, Impacto político y repercusiones institucionales
La Ley Codedes vs veto presidencial ha polarizado el ambiente político. Mientras los diputados opositores la celebran como un triunfo del Congreso frente al Ejecutivo, el Gobierno advierte que esta confrontación podría frenar proyectos nacionales clave y complicar la relación entre ambos poderes.
Algunos analistas sostienen que el caso refleja un pulso por el control del presupuesto público y por la influencia territorial que los Codedes representan. En cada departamento, los recursos asignados a los Consejos se convierten en herramientas de poder político, especialmente durante los años previos a elecciones.
En términos institucionales, el conflicto abre interrogantes sobre los límites del veto presidencial y sobre la necesidad de revisar los mecanismos de control entre el Legislativo y el Ejecutivo para evitar crisis recurrentes.
La mirada ciudadana: transparencia y rendición de cuentas
La población ha seguido con atención el desarrollo de la Ley Codedes vs veto presidencial. En redes sociales, ciudadanos y organizaciones han expresado preocupación por la falta de claridad en el uso de los recursos públicos. Colectivos como Acción Ciudadana y Guatemala Visible han pedido que se garantice la rendición de cuentas de los Codedes.
El movimiento social plantea que la descentralización debe ir acompañada de una vigilancia ciudadana efectiva y de portales de transparencia que muestren cómo y dónde se invierten los fondos. Sin esa base, temen que los nuevos mecanismos sean aprovechados por grupos políticos locales para beneficio propio.
El Ejecutivo ha respondido anunciando que promoverá una iniciativa de reforma complementaria que refuerce la supervisión técnica de los proyectos y la publicación en línea de cada transacción departamental. Con ello, busca demostrar que descentralizar no es sinónimo de descontrol.
El precedente histórico de los vetos presidenciales
El caso Ley Codedes vs veto presidencial no es el primero en que el Congreso y el Ejecutivo se enfrentan por un veto. En la última década, al menos ocho leyes han sido vetadas y posteriormente publicadas sin el consentimiento del presidente. Entre ellas, la Ley de ONG (2020) y la reforma al Código de Migración (2023).
Sin embargo, esta es la primera vez que el conflicto gira en torno a fondos de desarrollo, lo que la convierte en una batalla política y financiera. La disputa recuerda los viejos debates sobre la autonomía municipal y la descentralización fiscal, pero ahora en un contexto de polarización política más fuerte.
El futuro del caso podría incluso llegar a la Corte de Constitucionalidad, si el Ejecutivo decide presentar una acción de inconstitucionalidad. De ocurrir, el máximo tribunal deberá pronunciarse sobre los límites reales del veto y el equilibrio entre poderes.
Reacciones internacionales y del sector económico
El conflicto Ley Codedes vs veto presidencial también ha despertado reacciones en el ámbito internacional. La Unión Europea y organismos financieros multilaterales han señalado la importancia de mantener la estabilidad política para garantizar la continuidad de los proyectos de desarrollo y cooperación en Guatemala.
El sector empresarial, representado por el CACIF, pidió mesura y diálogo, alertando que la confrontación institucional puede afectar la confianza inversionista. “El país necesita certeza jurídica, no choques de poder”, señalaron en un comunicado.
Por su parte, analistas internacionales destacan que Guatemala se encuentra en un momento clave para definir su modelo de gobernanza territorial y que el caso Codedes puede marcar la pauta sobre cómo el Estado gestiona la descentralización en los próximos años.
Conclusión: una ley que redefine el poder local
La Ley Codedes vs veto presidencial es más que un conflicto coyuntural entre el Congreso y el Ejecutivo; representa una discusión profunda sobre cómo se distribuye el poder y quién controla los recursos públicos en Guatemala. Su aplicación, si no se corrige mediante mecanismos de transparencia, puede determinar el rumbo de la política nacional durante el resto del mandato.
El presidente Arévalo ha reiterado que el diálogo sigue abierto, pero ha dejado claro que su gobierno no permitirá retrocesos en materia de rendición de cuentas. Mientras tanto, los diputados defienden su autonomía y celebran lo que consideran una victoria legislativa.
El desenlace de la Ley Codedes vs veto presidencial será decisivo para el equilibrio político del país. Si el proceso se maneja con madurez institucional, podría sentar las bases de una descentralización responsable; si no, podría profundizar las divisiones y debilitar la gobernabilidad.
La Ley Codedes vs veto presidencial deja una lección clara: sin diálogo, transparencia y respeto entre poderes, la democracia guatemalteca seguirá enfrentando crisis cíclicas. El reto es convertir el conflicto en oportunidad de modernización institucional y de fortalecimiento del Estado.
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