Siri y Apple bajo la lupa de la justicia
Apple, el gigante tecnológico estadounidense, enfrenta una nueva tormenta judicial en Europa. En esta ocasión, la Fiscalía de París ha abierto una investigación formal contra la compañía por la presunta recopilación masiva e indiscriminada de grabaciones de voz de los usuarios a través de su asistente virtual, Siri. La investigación, a cargo de la Oficina contra la Ciberdelincuencia (OFAC), apunta directamente a la posible violación del derecho a la privacidad de millones de ciudadanos europeos.
Según el medio Politico, el caso fue impulsado tras una denuncia interpuesta por la Liga de Derechos Humanos (Ligue des Droits de l’Homme, LDH) y un extenso informe elaborado en febrero de este año, basado en los testimonios de Thomas Le Bonniec, un exempleado subcontratado por Apple. Le Bonniec trabajó en 2019 para la empresa Globe Technical Services, desde Cork (Irlanda), y asegura haber escuchado miles de grabaciones de usuarios de Siri sin su conocimiento ni consentimiento explícito.
El denunciante que encendió las alarmas
Thomas Le Bonniec decidió romper su silencio al considerar que las prácticas de Apple vulneraban los principios más básicos de la privacidad digital. Durante su empleo, su tarea consistía en analizar grabaciones aleatorias de Siri para “mejorar el rendimiento” del asistente de voz. Sin embargo, afirma que muchas de esas grabaciones contenían fragmentos de conversaciones privadas, discusiones familiares, interacciones médicas y datos personales sensibles.
“Escuchábamos todo tipo de cosas: nombres, direcciones, información bancaria, incluso momentos íntimos”, declaró Le Bonniec. “Apple lo sabía, y aun así permitía la recopilación continua de este material sin un verdadero control sobre lo que se grababa”.
Su testimonio ha reavivado el debate sobre la ética de los asistentes virtuales, que dependen de algoritmos capaces de captar comandos de voz pero que, en ocasiones, pueden activarse accidentalmente y grabar conversaciones que los usuarios nunca autorizaron.
¿Qué está investigando exactamente la justicia francesa?
La Fiscalía de París busca determinar hasta qué punto Apple ha vulnerado las leyes europeas de protección de datos, especialmente el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que establece normas estrictas sobre la recopilación y el tratamiento de información personal.
Entre las preguntas clave que el OCAF pretende responder se encuentran: ¿cuántas grabaciones de voz fueron recopiladas desde el lanzamiento de Siri en 2014? ¿Dónde fueron almacenadas estas grabaciones? ¿Cuántas personas resultaron afectadas directamente o indirectamente, considerando que una conversación puede incluir a múltiples interlocutores no usuarios de Apple?
También se indaga si Apple compartió, procesó o utilizó de algún modo estas grabaciones con fines distintos a los que notificó públicamente. De confirmarse tales prácticas en Siri, la empresa podría enfrentarse a multas millonarias y a un nuevo golpe reputacional en el continente europeo, donde las políticas de privacidad son particularmente estrictas.
Apple se defiende
En respuesta a las acusaciones, un portavoz de Apple en Francia aseguró que la compañía “nunca ha utilizado los datos de Siri para crear perfiles de marketing, ni los ha vendido o compartido con terceros con fines publicitarios”. Según el comunicado, Apple habría implementado desde 2019 una serie de cambios sustanciales en su política de privacidad, entre ellos hacer voluntaria la participación en el programa de mejora de Siri.
“Apple no conserva grabaciones de audio de las interacciones con Siri a menos que el usuario lo autorice explícitamente”, explicó la compañía en una publicación de blog en enero. “Además, dejamos de almacenar grabaciones activadas accidentalmente y adoptamos medidas adicionales para anonimizar las transcripciones de voz.”
Aunque la empresa sostiene que su modelo de privacidad es “uno de los más seguros del mercado”, los reguladores franceses y organizaciones de derechos digitales argumentan que la falta de transparencia en la recopilación de datos podría haber vulnerado de forma sistemática el consentimiento informado de los usuarios.
El precedente de 2019 y la desconfianza persistente
Esta no es la primera vez que Apple se ve envuelta en controversias por Siri. En 2019, la empresa fue objeto de fuertes críticas tras conocerse que subcontratistas escuchaban grabaciones de los usuarios para evaluar la precisión del asistente. Aquella revelación obligó a la compañía a suspender temporalmente el programa y rediseñar sus protocolos de privacidad. Sin embargo, la denuncia actual sugiere que, pese a los cambios, algunas prácticas podrían haber continuado de forma encubierta.
Expertos en ciberseguridad sostienen que el problema no radica únicamente en Apple, sino en la arquitectura general de los asistentes de voz. Amazon, Google y Microsoft también han enfrentado casos similares, lo que plantea un dilema ético global sobre el equilibrio entre la innovación tecnológica y el respeto a la privacidad individual.
Una amenaza al derecho a la intimidad
Para la Liga de Derechos Humanos, este caso trasciende el ámbito tecnológico y se convierte en una cuestión de derechos fundamentales. “La recopilación masiva de grabaciones de voz sin el consentimiento claro de los usuarios constituye una forma de vigilancia encubierta que socava la libertad y la intimidad de las personas”, indicó la organización en su comunicado. “El hecho de que una empresa privada acumule tanto poder sobre la vida cotidiana de millones de ciudadanos es profundamente alarmante.”
El propio Le Bonniec ha insistido en que la investigación debe ser exhaustiva: “No se trata solo de Apple, sino de un modelo de negocio basado en la extracción de datos personales. Si no se establecen límites, los usuarios perderán cualquier control sobre su vida digital.”
Europa, en pie de guerra por la privacidad digital
En los últimos años, la Unión Europea ha intensificado su escrutinio sobre las grandes tecnológicas estadounidenses. Casos recientes contra Meta, Google y TikTok por violación del RGPD han resultado en multas de cientos de millones de euros. Ahora, el foco se centra en Apple, que siempre ha intentado diferenciarse de sus competidores posicionándose como una empresa “amiga de la privacidad”.
Sin embargo, la percepción pública podría verse afectada si la justicia francesa confirma las acusaciones. Para muchos usuarios, la promesa de privacidad de Apple era uno de los principales argumentos para elegir sus dispositivos frente a los de otras compañías.
Lo que está en juego
Más allá del aspecto legal, el caso podría marcar un antes y un después en la relación entre los usuarios y los asistentes virtuales. La creciente dependencia de dispositivos inteligentes plantea un desafío: ¿cómo garantizar que las herramientas diseñadas para facilitar la vida cotidiana no se conviertan en instrumentos de vigilancia?
El futuro de Siri y otros asistentes dependerá de la capacidad de las empresas para demostrar que la inteligencia artificial puede desarrollarse sin violar los derechos fundamentales de las personas. Mientras tanto, la investigación en Francia continúa, y el mundo observa con atención.
Información Cortesía de RT
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