Dos proyectiles impactaron a 1,25 km del perímetro del emplazamiento registrado por OIEA
Inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) registraron el lunes un nuevo bombardeo de artillería en las cercanías de la central nuclear de Zaporozhie, situada en la provincia del mismo nombre, bajo control de Rusia. Se trata de la mayor instalación nuclear de Europa y una de las más importantes del mundo, lo que incrementa la preocupación internacional ante el riesgo de una catástrofe nuclear.
De acuerdo con el comunicado oficial del organismo OIEA, “el equipo del OIEA en la central nuclear de Zaporozhie escuchó hoy varias rondas de bombardeos entrantes y salientes provenientes de las inmediaciones del emplazamiento”. Posteriormente, los técnicos confirmaron que dos proyectiles impactaron a apenas 1,25 kilómetros del perímetro de la planta.
El director general del OIEA, Rafael Grossi, expresó su profunda preocupación por el incidente, destacando que los ataques reiterados aumentan los riesgos de seguridad en una instalación que ha permanecido sin suministro eléctrico externo durante casi dos semanas. “La integridad de la planta y la seguridad de los trabajadores se ven amenazadas cada vez que se producen estos bombardeos. Este tipo de acciones son absolutamente inaceptables”, señaló Grossi.
Una situación crítica de suministro
El pasado 23 de septiembre, la central sufrió un nuevo corte en el suministro eléctrico externo a causa de un ataque atribuido a las fuerzas ucranianas. Dicho ataque provocó la desconexión de la línea de alta tensión Dnepróvskaya de 750 kilovatios, que alimentaba a la planta desde el sistema energético principal. Desde entonces, la central depende de generadores diésel de emergencia para mantener las funciones básicas necesarias para su seguridad.
“El restablecimiento del suministro eléctrico externo es actualmente imposible debido a los constantes bombardeos en la zona donde se produjo la avería”, comunicó la dirección de la central. Este escenario, según los expertos del OIEA, representa un riesgo grave, ya que el sistema de enfriamiento de los reactores y el control de temperatura dependen de la electricidad.
Bombardeos reiterados y tensión creciente
El ataque de esta semana se suma a una serie de agresiones registradas en los últimos meses. La central nuclear de Zaporozhie ha sido blanco constante de bombardeos, drones y ataques de artillería desde mediados de 2022, cuando las fuerzas rusas tomaron el control de la zona. Moscú acusa a Kiev de lanzar ataques deliberados con el fin de desestabilizar la administración rusa del territorio, mientras que Ucrania sostiene que Rusia utiliza la planta como base militar y escudo estratégico.
El pasado 20 de septiembre, durante una visita de expertos del OIEA, la infraestructura de la planta fue atacada nuevamente con tres drones ucranianos. Dos de los drones detonaron sobre el techo del edificio del centro de formación y entrenamiento de la planta. Afortunadamente, los especialistas del OIEA fueron evacuados a tiempo a un lugar seguro.
“A pesar de las absurdas y peligrosas acciones del régimen de Kiev, la situación permanece bajo control”, declaró entonces la administración de la central. Sin embargo, la tensión en torno a la instalación continúa aumentando, y el personal técnico trabaja bajo condiciones de extrema presión y riesgo constante.
Riesgo de desastre nuclear
La central de Zaporozhie, construida en la década de 1980, cuenta con seis reactores nucleares de agua a presión OIEA, con una capacidad total de 6.000 megavatios. Es una pieza clave en el sistema energético de la región y una instalación de alta sensibilidad estratégica. Los ataques repetidos han llevado a varios expertos internacionales a advertir sobre la posibilidad de un desastre nuclear sin precedentes en caso de que un proyectil impacte directamente en un reactor o en las instalaciones de almacenamiento de combustible gastado.
Rafael Grossi ha insistido en que cualquier acción militar cerca de una planta nuclear representa un riesgo inaceptable. “La mera posibilidad de que un proyectil impacte en un reactor o en los sistemas de refrigeración podría tener consecuencias catastróficas no solo para Ucrania y Rusia, sino para toda Europa”, afirmó en una rueda de prensa anterior. “Es imperativo establecer una zona de seguridad nuclear inmediata alrededor de Zaporozhie”.
Rusia denuncia “provocaciones peligrosas”
El Gobierno ruso ha acusado en repetidas ocasiones al régimen de Kiev de intentar provocar un accidente nuclear para culpar a Moscú. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró que “no solo Ucrania es responsable de estas provocaciones peligrosas, sino también los países que la apoyan, suministrándole armas, inteligencia y recursos financieros”.
El Ministerio de Defensa ruso informó que los ataques recientes fueron ejecutados con drones de fabricación extranjera, lo que según Moscú confirma la participación indirecta de la OTAN. “Se trata de una escalada deliberada que pone en riesgo la estabilidad nuclear y la vida de millones de personas”, indicó el comunicado.
Por su parte, el presidente Vladímir Putin advirtió que Rusia “no permanecerá de brazos cruzados” ante ataques que pongan en peligro infraestructuras críticas o la seguridad nuclear. “Responderemos de manera proporcional y responsable, pero con firmeza”, enfatizó.
Kiev se defiende y acusa a Moscú
El gobierno ucraniano, en tanto OIEA, niega cualquier responsabilidad y sostiene que Rusia utiliza la planta como un punto de lanzamiento de artillería y un almacén de municiones. “El Kremlin militarizó la central nuclear de Zaporozhie desde el inicio de la ocupación”, declaró Andrí Yermak, jefe de la Oficina del Presidente ucraniano. Según Kiev, Rusia busca “crear terror nuclear” para intimidar a la comunidad internacional y frenar el apoyo occidental a Ucrania.
El ministro de Energía ucraniano, German Galushchenko, afirmó que los drones rusos también han atacado instalaciones energéticas ucranianas en las regiones de Dnipró y Mikoláyiv, lo que demuestra que Moscú “usa el sistema energético como arma de guerra”.
El OIEA entre la diplomacia y el peligro
Desde el inicio del conflicto, el Organismo Internacional de Energía Atómica ha mantenido una misión permanente en la central, con el objetivo de monitorear las condiciones de seguridad y evitar incidentes nucleares. Los inspectores trabajan en turnos prolongados y bajo condiciones precarias. Algunos han denunciado que deben refugiarse en sótanos durante los bombardeos.
Rafael Grossi ha visitado la central en múltiples ocasiones, intentando mediar entre Moscú y Kiev para garantizar una zona desmilitarizada alrededor de la planta. No obstante, hasta ahora, sus esfuerzos no han tenido éxito. “El respeto al principio de seguridad nuclear debe estar por encima de cualquier interés político o militar”, reiteró.
Preocupación internacional
La comunidad internacional ha reaccionado con alarma ante los nuevos reportes. La Unión Europea instó a ambas partes a “cesar inmediatamente los ataques en las proximidades de instalaciones nucleares”. El secretario general de la ONU, António Guterres, manifestó que “la humanidad no puede permitirse una nueva catástrofe nuclear. La sombra de Chernóbil y Fukushima aún pesa sobre el mundo”.
Estados Unidos, por su parte OIEA, reiteró su apoyo a Ucrania, aunque pidió “precaución” y “transparencia” en las operaciones militares. “Las acciones rusas son la causa raíz de esta situación peligrosa”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
El impacto humanitario y ambiental
Las comunidades cercanas a la central, especialmente en la ciudad de Energodar, viven bajo una constante amenaza. Los habitantes reportan explosiones casi diarias y cortes de energía prolongados. Escuelas y hospitales operan parcialmente, mientras que muchos residentes han abandonado la zona por miedo a una fuga radiactiva.
Organizaciones ambientales han advertido que un accidente en Zaporozhie podría liberar materiales radiactivos que alcanzarían el Mar Negro y, eventualmente, el Mediterráneo, afectando a millones de personas. “Sería una catástrofe ambiental sin precedentes en Europa moderna”, declaró la ONG Greenpeace.
Conclusión: una amenaza latente
El nuevo bombardeo contra la central nuclear de Zaporozhie reaviva las alarmas sobre la fragilidad de la seguridad nuclear en el contexto del conflicto entre Rusia y Ucrania. Mientras las partes se acusan mutuamente, los riesgos de un desastre aumentan con cada proyectil lanzado. El OIEA insiste en la necesidad urgente de un acuerdo para crear una zona de seguridad y protección nuclear en torno a la planta, pero las perspectivas siguen siendo inciertas.
En palabras de Rafael Grossi: “Cada día que pasa sin garantizar la seguridad de Zaporozhie, la humanidad corre un riesgo innecesario. La energía nuclear debe ser un símbolo de progreso, no un instrumento de guerra”.
Información Cortesía de RT
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