Una década de crecimiento acelerado
En 2024, la cifra global de robots industriales instalados ascendió a 542.000 unidades, lo que representa un crecimiento exponencial frente a la década anterior. China aportó 295.000 robots, lo que equivale al 54 % de todas las adquisiciones en el planeta. En contraste, Japón y Estados Unidos, que ocuparon el segundo y tercer lugar, apenas sumaron en conjunto unas 80.000 unidades, lo que refleja la brecha creciente en la capacidad de inversión y despliegue tecnológico.
Según Takayuki Ito, presidente de la IFR, «2024 fue el segundo año con mayor número de instalaciones de robots industriales de la historia, solo un 2 % menos que el máximo histórico alcanzado hace dos años». Este dato revela que, aunque la economía global enfrentó tensiones, la transición hacia la digitalización y la automatización no se detuvo.
Un arsenal de más de dos millones de robots en China
El parque robótico de China ya supera los dos millones de unidades, una cifra que convierte al país en el epicentro de la industria automatizada. Estos robots se concentran principalmente en sectores estratégicos como automotriz, electrónica, metalurgia, energías renovables y producción de bienes de consumo masivo. La tendencia indica que la modernización del aparato productivo chino continuará a pasos agigantados, apuntalando su objetivo de independencia tecnológica y liderazgo en cadenas globales de valor.
Distribución regional: Asia, el motor de la automatización
Asia fue el continente que más sistemas robotizados implementó en 2024, con un contundente 74 % del total, seguido por Europa (16 %) y América (9 %). Esto significa que tres de cada cuatro robots instalados en el mundo se encuentran en países asiáticos, consolidando la región como el epicentro de la cuarta revolución industrial.
La Federación Internacional de Robótica explica que este fenómeno responde a la combinación de varios factores: costos laborales crecientes en Asia, presión por mejorar la productividad, políticas de innovación tecnológica y estrategias de sustitución de importaciones que buscan reducir la dependencia de proveedores extranjeros.
Perspectivas de crecimiento global
A pesar de un leve declive en varias geografías, las proyecciones indican que el sector continuará en expansión. La IFR estima que en 2025 las instalaciones globales aumentarán un 6 %, alcanzando 575.000 unidades. Para 2028, el número podría superar las 700.000 unidades, lo que consolidará aún más la presencia de robots en la manufactura mundial.
Este crecimiento no solo responde a la presión de la industria, sino también a la necesidad de crear resiliencia frente a crisis como la pandemia de COVID-19, las tensiones comerciales y los problemas en cadenas de suministro. Los robots se perciben como un recurso estratégico para mantener la producción estable, incluso en contextos de incertidumbre.
El contraste con Occidente
Mientras China avanza de manera imparable, Europa y Estados Unidos enfrentan limitaciones. En el caso europeo, la transición hacia la automatización se ve frenada por regulaciones laborales más estrictas, altos costos de inversión y una fragmentación industrial. En Estados Unidos, el desafío está ligado a la resistencia sindical y a la tensión entre la modernización tecnológica y la preservación de empleos.
Sin embargo, ambos bloques reconocen que la automatización será inevitable. Empresas norteamericanas como Tesla, Amazon y Boeing han intensificado la integración de robots en sus líneas de producción, aunque los volúmenes aún están lejos de igualar los niveles chinos.
Robots y competitividad económica
El liderazgo de China en este campo tiene profundas implicaciones económicas. La capacidad de producir más rápido y a menor costo aumenta su competitividad global, desplazando a empresas rivales de países desarrollados. Además, el dominio en robótica refuerza su poder geopolítico, ya que permite controlar tecnologías críticas que son base de sectores estratégicos, como la inteligencia artificial, la defensa y la producción energética.
Para los expertos, el desarrollo chino en robótica no solo responde a la eficiencia industrial, sino también a una estrategia de largo plazo que busca consolidar al país como superpotencia tecnológica. El plan “Made in China 2025” ya había anticipado esta meta, y los datos actuales muestran que va camino a cumplirse con holgura.
Impacto en el empleo y la sociedad
Uno de los debates más recurrentes en torno al auge de los robots es su impacto en el empleo. En China, la narrativa oficial sostiene que la automatización no eliminará puestos de trabajo de forma masiva, sino que transformará la naturaleza de los empleos, orientándolos hacia tareas de supervisión, programación, mantenimiento y control de calidad. Sin embargo, organizaciones laborales advierten que millones de trabajadores en sectores tradicionales podrían quedar rezagados si no se implementan programas de capacitación y reconversión profesional.
La paradoja es que, aunque los robots amenazan empleos, también resultan indispensables para mantener la competitividad de la industria en un contexto global donde la eficiencia productiva determina la supervivencia empresarial.
Comparación con Japón y Corea del Sur
Aunque China domina en volumen, Japón y Corea del Sur siguen siendo referentes en calidad e innovación robótica. Japón continúa liderando la producción de robots de alta precisión, especialmente en la industria automotriz y en el desarrollo de humanoides. Corea del Sur, por su parte, ostenta la mayor densidad de robots por trabajador en el mundo, con un promedio de más de 1.000 robots por cada 10.000 empleados en manufactura.
Esto sugiere que, mientras China sobresale por el tamaño de su despliegue, otras potencias asiáticas destacan en especialización y sofisticación tecnológica.
¿Un futuro dominado por China?
La instalación de más robots industriales que el resto del mundo combinado no solo refleja la capacidad productiva de China, sino también su determinación por liderar la economía del futuro. La pregunta clave es si el resto del planeta podrá equilibrar esta supremacía o si asistimos al surgimiento de una hegemonía tecnológica difícil de revertir.
De momento, las cifras son claras: China no solo está en la delantera, sino que ha cambiado las reglas del juego en la industria global. Su influencia se extiende más allá de las fábricas, abarcando innovación, educación técnica, cadenas de suministro y hasta el marco político internacional en torno a la tecnología.
Conclusión
China se ha consolidado como el líder indiscutible en la instalación de robots industriales, superando al resto del mundo combinado y marcando un antes y un después en la historia de la automatización. Con más de dos millones de robots en operación y un crecimiento proyectado sostenido, el gigante asiático no solo busca mayor eficiencia, sino también reafirmar su posición como potencia global en la cuarta revolución industrial. Mientras Occidente debate sobre cómo equilibrar innovación y empleo, China avanza con pasos firmes hacia un futuro donde los robots serán protagonistas indiscutibles del desarrollo económico y social.
Información Cortesía de RT
Infórmate siempre con Nuevo Mundo