Más de 300 mil hogares sin electricidad en Guatemala es la cifra que preocupa al Ministerio de Energía y Minas. La crisis afecta principalmente a comunidades de Alta Verapaz, Baja Verapaz, Huehuetenango y Quiché, donde las lluvias recientes y la falta de infraestructura robusta han dejado a miles de familias en la oscuridad.
Un panorama nacional de hogares sin electricidad
La situación de los hogares sin electricidad en Guatemala no es nueva. Según datos oficiales, en promedio el 15% de la población guatemalteca vive sin acceso regular a la energía eléctrica, y en áreas rurales ese porcentaje puede subir al 25% o más. Este déficit coloca al país en desventaja frente a otras naciones de la región, donde la cobertura suele superar el 90%.
La falta de acceso impacta de manera directa en la educación, la salud, la productividad y la seguridad de miles de familias, que dependen de velas, leña o generadores costosos para iluminar sus viviendas.
Las zonas más afectadas
El reporte del Ministerio de Energía y Minas detalla que los hogares sin electricidad en Guatemala se concentran en departamentos de difícil acceso. En Alta y Baja Verapaz, el 40% de las comunidades reporta cortes prolongados, mientras que en Huehuetenango y Quiché, la falta de inversión en redes de distribución ha impedido que miles de viviendas estén conectadas.
Estas regiones, además, son las más golpeadas por fenómenos naturales como lluvias torrenciales, derrumbes y crecidas de ríos, lo que complica aún más la situación.
Impacto social y económico
Vivir en un hogar sin electricidad significa limitaciones diarias: los niños no pueden estudiar en la noche, los hospitales comunitarios tienen dificultades para operar equipos médicos y las pequeñas tiendas carecen de refrigeración para conservar alimentos. La brecha entre quienes tienen y no tienen electricidad refleja la desigualdad social en Guatemala.
Dato clave: Más de 1.5 millones de personas resultan directamente afectadas por los hogares sin electricidad en Guatemala.
En términos económicos, los productores rurales no pueden modernizar sus procesos, y los costos de operación aumentan cuando deben depender de generadores o paneles solares individuales.
El papel de las lluvias
El último informe de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) confirmó que las lluvias intensas han dañado postes, transformadores y redes de distribución eléctrica. Esto ha incrementado el número de hogares sin electricidad en Guatemala, dejando a comunidades enteras incomunicadas y sin energía por semanas.
En varios municipios de las Verapaces, el acceso a las comunidades se ha vuelto casi imposible por derrumbes y deslaves, lo que dificulta que las cuadrillas de reparación lleguen a las áreas más afectadas.
Respuesta de las autoridades
El Ministerio de Energía y Minas anunció que trabaja en coordinación con las distribuidoras para restablecer el servicio lo antes posible. Sin embargo, reconocen que devolver la electricidad a más de 300 mil hogares sin electricidad en Guatemala no será una tarea rápida ni sencilla.
Se han desplegado brigadas de reparación y se priorizan las áreas con hospitales, escuelas y centros comunitarios. Al mismo tiempo, se buscan fondos de emergencia para financiar la compra de equipo y la reconstrucción de redes dañadas.
Proyectos de electrificación rural
Para reducir el número de hogares sin electricidad en Guatemala, el Gobierno mantiene en marcha varios proyectos de electrificación rural. Estos programas buscan ampliar la cobertura en comunidades alejadas a través de redes tradicionales y también con energías renovables, como paneles solares y microhidroeléctricas.
Según estimaciones, al menos 50 mil familias se han beneficiado de estas iniciativas en los últimos cinco años, pero la meta de cobertura universal aún está lejos de cumplirse.
El reto de la inversión
Resolver la crisis de los hogares sin electricidad en Guatemala requiere inversión sostenida. Expertos del sector energético señalan que se necesitan al menos 500 millones de dólares en infraestructura, postes, transformadores y redes, además de programas de mantenimiento constante.
Sin ese nivel de recursos, el país seguirá dependiendo de reparaciones improvisadas cada vez que un desastre natural dañe el sistema eléctrico.
Testimonios desde las comunidades
En una aldea de Cobán, Alta Verapaz, María, madre de tres hijos, cuenta que sus noches se iluminan solo con velas. Sus hijos hacen tareas escolares hasta que se apaga la luz natural del día, lo que limita su aprendizaje. Como ella, miles de familias viven las consecuencias de ser parte de los hogares sin electricidad en Guatemala.
Otro caso es el de Pedro, agricultor de Quiché, quien perdió parte de su producción porque no pudo conservar alimentos sin refrigeración. La falta de electricidad no solo afecta la vida familiar, sino también la economía local.
Alternativas con energías renovables
Una solución a corto y mediano plazo para los hogares sin electricidad en Guatemala es apostar por energías renovables. Varios proyectos de ONG y cooperación internacional han instalado paneles solares en comunidades aisladas, lo que permite a las familias tener iluminación básica y cargar teléfonos.
Aunque estas iniciativas son positivas, aún no alcanzan la escala necesaria para resolver el problema de forma masiva.
Perspectivas a futuro
El Gobierno ha prometido que para 2030 se logrará que el 95% del país tenga acceso a la electricidad. Sin embargo, si no se acelera el ritmo de inversión, los hogares sin electricidad en Guatemala seguirán siendo una realidad por varios años más.
La meta requiere alianzas público-privadas, cooperación internacional y políticas energéticas claras que prioricen a las comunidades más vulnerables.
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