Lluvias en Septiembre se consolidó como el mes más complicado de la temporada lluviosa en Guatemala. Las autoridades reportaron 15 personas fallecidas, 3 desaparecidas y más de 875 emergencias atendidas en todo el país, en un periodo marcado por inundaciones, deslizamientos, derrumbes y evacuaciones masivas.
Un septiembre con récord de emergencias
Guatemala es un país altamente vulnerable a fenómenos hidrometeorológicos, y septiembre de 2025 volvió a recordarlo. Según la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), se registraron 875 incidentes en distintas partes del país relacionados directamente con la lluvia.
Estas emergencias incluyeron colapsos de viviendas, desbordamientos de ríos, carreteras bloqueadas, hundimientos, rescates de personas atrapadas, daños en infraestructura escolar y cortes en el suministro eléctrico. En al menos 10 departamentos fue necesario habilitar albergues temporales para atender a cientos de familias.
El vocero de Conred explicó que “aunque cada año se implementan protocolos de prevención, la intensidad y la irregularidad de las lluvias generan escenarios difíciles de anticipar”.
Víctimas mortales y desaparecidos
El saldo más doloroso de septiembre fue la pérdida de 15 vidas humanas. Entre ellas, varios menores de edad arrastrados por correntadas, adultos mayores que quedaron atrapados en viviendas colapsadas y trabajadores que fueron sorprendidos por derrumbes en carreteras.
Además, tres personas siguen desaparecidas. En el caso de Alta Verapaz, brigadas de rescate aún realizan labores de búsqueda en comunidades donde ríos desbordados arrasaron con cultivos y viviendas. Las autoridades no descartan que la cifra de víctimas aumente cuando se completen los informes finales.
Las familias de los desaparecidos han recibido acompañamiento psicológico y apoyo humanitario en los albergues, aunque las condiciones de incertidumbre siguen marcando la vida de esas comunidades.
Zonas más afectadas por las lluvias
Los departamentos más afectados fueron Alta Verapaz, Huehuetenango, Quiché, Izabal y Guatemala, aunque prácticamente todo el país experimentó algún grado de impacto. En Alta Verapaz, las lluvias intensas provocaron que el río Polochic se desbordara, inundando comunidades enteras.
En Huehuetenango, múltiples derrumbes bloquearon carreteras principales, dejando incomunicadas a comunidades rurales por más de 72 horas. En Quiché, varias escuelas reportaron daños estructurales, obligando a suspender clases en municipios vulnerables.
En el área metropolitana, la lluvia colapsó drenajes y generó inundaciones en colonias como Chinautla y Mixco, donde decenas de familias tuvieron que ser evacuadas durante la noche.
Respuesta institucional
La Conred, junto con Bomberos Voluntarios, Bomberos Municipales y el Ejército de Guatemala, desplegó equipos de rescate en las zonas más golpeadas. Se habilitaron **40 albergues temporales** que recibieron a cientos de familias con kits de alimentos, agua potable, colchonetas y asistencia médica.
El Ministerio de Salud reforzó brigadas médicas para prevenir brotes de enfermedades respiratorias, diarreicas y dengue en las comunidades afectadas. El Ministerio de Comunicaciones, por su parte, inició trabajos de rehabilitación en tramos carreteros afectados por derrumbes y hundimientos.
En conferencia de prensa, el presidente Bernardo Arévalo pidió solidaridad nacional y resaltó que el gobierno gestionará fondos de emergencia para atender la crisis, además de solicitar cooperación internacional en caso de que las lluvias sigan arreciando en octubre.
Impacto en la economía y agricultura
La temporada lluviosa no solo cobra vidas y afecta la infraestructura, también golpea la economía. Productores agrícolas en la Franja Transversal del Norte reportaron pérdidas significativas de maíz, frijol y hortalizas. En el oriente, plantaciones de banano y melón sufrieron daños que comprometen exportaciones programadas.
La Cámara del Agro advirtió que los costos de recuperación podrían superar los 300 millones de quetzales, especialmente en regiones donde las lluvias arrasaron con sistemas de riego y maquinaria agrícola.
El Ministerio de Economía anunció que trabaja en programas de apoyo para los pequeños productores, aunque organizaciones campesinas pidieron medidas más amplias, incluyendo créditos blandos y programas de reubicación para quienes perdieron sus tierras.
Infraestructura en crisis
El sistema vial del país quedó fuertemente golpeado. La Dirección General de Caminos contabilizó más de 150 puntos críticos con derrumbes, hundimientos y puentes dañados. El transporte pesado enfrentó retrasos de hasta 48 horas en rutas hacia la frontera con México, lo que afectó el comercio transfronterizo.
En el departamento de Guatemala, se reportó el colapso parcial de un puente en la ruta hacia San Pedro Ayampuc, mientras que en Izabal, varios caminos rurales quedaron intransitables.
Expertos en infraestructura advierten que sin una política de mantenimiento constante, cada temporada lluviosa seguirá cobrando un alto costo económico y social.
Comparación con años anteriores
Aunque 2025 ha sido uno de los años más críticos, Guatemala arrastra un historial de emergencias similares. En 2020, la tormenta Eta dejó más de 100 muertos y comunidades enteras soterradas en Alta Verapaz. En 2011, la depresión tropical 12-E causó más de 30 mil damnificados en todo el país.
Estos antecedentes refuerzan la idea de que el país necesita mayor inversión en prevención, planificación urbana y reubicación de comunidades vulnerables.
El papel del cambio climático
Los meteorólogos del Insivumeh confirmaron que septiembre estuvo influenciado por fenómenos asociados al cambio climático, con lluvias irregulares y eventos extremos más frecuentes. El calentamiento global intensifica los patrones de lluvia, volviendo a Guatemala un territorio más expuesto a inundaciones y deslizamientos.
Especialistas advierten que si no se implementan medidas urgentes de adaptación, el país seguirá enfrentando tragedias humanas y pérdidas económicas cada año.
Testimonios desde las comunidades
Marta López, vecina de Cobán, relató cómo el agua entró a su vivienda en la madrugada por las Lluvias: “Perdimos nuestras camas, la cocina y los cuadernos de los niños. Tuvimos que salir corriendo cuando el agua nos llegaba a la cintura”.
En Chinautla, José Méndez explicó que esta es la cuarta vez en el año que su colonia se inunda: “Ya no tenemos a dónde ir. Necesitamos que el gobierno nos reubique porque vivimos con miedo cada vez que llueve fuerte”.
Prevención: un reto pendiente
La Conred insiste en que la población debe atender las alertas y evacuar cuando se indique. Sin embargo, muchas familias deciden quedarse en sus viviendas por temor a perder lo poco que tienen. Este dilema refleja la falta de soluciones habitacionales de largo plazo.
Organizaciones no gubernamentales han pedido un plan nacional de vivienda que garantice condiciones seguras y dignas para quienes viven en laderas, barrancos y riberas de ríos.
Mirando hacia octubre para las Lluvias
Los pronósticos del Insivumeh señalan que octubre también traerá lluvias intensas, aunque con menor duración. La recomendación es mantener la alerta y no bajar la guardia. Las autoridades trabajan en reforzar los sistemas de alerta temprana y preparar más albergues temporales.
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