El Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) lanzó oficialmente la campaña Limpiemos Guatemala, un esfuerzo nacional que busca combatir la contaminación por basura en calles, ríos, lagos y áreas públicas. Esta iniciativa, presentada el 28 de julio de 2025, marca un hito en la lucha ambiental del país y subraya que la responsabilidad de mantener limpio el territorio es compartida entre gobierno, municipalidades, empresas privadas y ciudadanos.
Un problema que afecta a todos
El viceministro Edwin Castellanos explicó que la basura no distingue entre áreas urbanas o rurales: “Lo que se arroja en un barranco de la capital, muchas veces termina en ríos que cruzan comunidades enteras y llega hasta las costas marinas”. Este panorama, dijo, exige un cambio cultural en el manejo de desechos.
El MARN destacó que la campaña Limpiemos Guatemala no solo es una acción puntual de limpieza, sino una transformación cultural que inicia en los hogares, con la separación adecuada de residuos y la conciencia ciudadana.
Acciones inmediatas y fases de la campaña
La directora de DIMARDS, Annelisse Fernández, detalló que las acciones incluyen jornadas de limpieza en áreas críticas, programas educativos en escuelas y universidades, y talleres prácticos sobre reciclaje. En la primera fase se priorizarán los puntos más afectados por acumulación de desechos, para luego extender la cobertura a todos los departamentos.
El ministerio trabaja además con municipalidades para organizar brigadas permanentes de limpieza y con empresas privadas que han mostrado interés en sumarse mediante insumos, voluntariado y logística. “Queremos que esta sea una cruzada nacional que involucre a todos”, aseguró Fernández.
Salud, turismo y economía en riesgo
El mal manejo de la basura también tiene consecuencias graves en la salud. Según el MARN, la acumulación de desechos fomenta la proliferación de vectores transmisores de enfermedades como el dengue y las infecciones gastrointestinales. Además, la basura en calles y sitios turísticos afecta la imagen del país y disminuye la llegada de visitantes.
Castellanos señaló que limpiar Guatemala no solo es un acto ambiental, sino también una inversión en salud pública y en desarrollo económico, al mejorar la competitividad del turismo sostenible.
Educación y cultura ambiental
Fernández recalcó que la clave está en la educación: “La basura no desaparece sola. Debemos enseñar a las nuevas generaciones a reducir, reutilizar y reciclar”. Para ello, se están diseñando materiales pedagógicos que llegarán a niños y jóvenes en todo el país.
El MARN también trabaja en lineamientos para que los municipios mejoren sus sistemas de disposición final, ya que Guatemala todavía depende en gran parte de vertederos a cielo abierto. Además, se anunció mayor fiscalización a empresas que incumplan la normativa ambiental.
Participación ciudadana
Los ejemplos positivos ya son visibles. Comunidades que han organizado jornadas de limpieza han logrado recuperar parques, calles y riberas de ríos. Estos casos demuestran que, con voluntad ciudadana y apoyo institucional, sí es posible transformar la realidad ambiental.
El mensaje de las autoridades fue claro: el éxito de la campaña Limpiemos Guatemala depende de la participación activa de todos. “Mantener limpio un barrio o un parque es un acto de amor por el país”, expresó Fernández.
Un esfuerzo compartido
El MARN dejó en claro que no busca imponer medidas, sino acompañar y fortalecer a las comunidades. La meta de largo plazo es que Guatemala cuente con un sistema moderno de gestión de residuos sólidos, donde cada ciudadano tenga claro su rol y cada institución cumpla su responsabilidad.
“La lucha contra la contaminación no se gana en un día, pero cada acción cuenta”, concluyó el viceministro Castellanos.
Más información oficial disponible en MARN Guatemala.
