El Congreso de la República aprobó un punto resolutivo en el que insta al Ejecutivo a declarar como organizaciones terroristas al Barrio 18 y a la Mara Salvatrucha, siguiendo el ejemplo de Estados Unidos. La decisión busca endurecer las medidas de seguridad y abrir la puerta a un marco legal más estricto contra estas pandillas.
Un llamado del Congreso al Ejecutivo
El Congreso de la República aprobó en sesión plenaria un punto resolutivo que coloca al tema de la seguridad nacional en el centro de la agenda política. La resolución insta directamente al Ejecutivo a que emita un acuerdo para declarar como terroristas a los miembros del Barrio 18 y de la Mara Salvatrucha (MS-13).
Esta acción del Legislativo ocurre apenas días después de que Estados Unidos anunciara oficialmente la designación del Barrio 18 como una Organización Terrorista Extranjera y como Terrorista Global Especialmente Designado. La coincidencia entre ambos movimientos refleja la presión internacional y regional para enfrentar con más fuerza a las estructuras criminales que han sembrado violencia en Guatemala y en Centroamérica.
Barrio 18 bajo la lupa internacional
El Barrio 18 ha sido señalado por décadas como una de las pandillas más violentas y con mayor alcance en el hemisferio occidental. Su influencia no se limita a las calles de Guatemala, sino que se extiende a El Salvador, Honduras y Estados Unidos. En los últimos años, la expansión del Barrio 18 y sus disputas con la Mara Salvatrucha han provocado cientos de muertes, extorsiones y desplazamientos forzados.
Para el gobierno estadounidense, catalogar al Barrio 18 como grupo terrorista tiene implicaciones legales inmediatas: se congelan activos, se limitan las operaciones financieras y se endurecen las penas para quienes colaboren o financien sus actividades. Guatemala busca seguir esta misma línea a nivel nacional para atacar la estructura desde su raíz.
La Mara Salvatrucha también en la mira
Aunque el foco principal recae sobre el Barrio 18, la resolución también menciona a la Mara Salvatrucha, conocida como MS-13. Esta pandilla mantiene una disputa territorial con el Barrio 18 en distintos sectores del país, principalmente en zonas urbanas donde la extorsión al transporte público, a comerciantes y a negocios pequeños se ha convertido en un flagelo cotidiano.
Declarar terroristas a ambos grupos pondría a Guatemala en una posición más firme frente al crimen organizado. Sin embargo, expertos advierten que la medida debe venir acompañada de una estrategia integral que incluya prevención, inversión social y reformas profundas en el sistema penitenciario, ya que muchas de las órdenes criminales siguen saliendo desde las cárceles.
Las implicaciones legales de la designación
Si el Ejecutivo acoge el llamado del Congreso y declara al Barrio 18 y a la Mara Salvatrucha como terroristas, las autoridades podrán utilizar un marco jurídico más fuerte para investigar, capturar y procesar a los miembros de estas pandillas.
Entre las posibles implicaciones se incluyen:
- Aplicación de la Ley contra el Terrorismo, con penas más severas.
- Mayor cooperación internacional en materia de inteligencia y extradiciones.
- Facilidad para congelar cuentas bancarias y propiedades vinculadas a las estructuras.
- Acceso a fondos internacionales de cooperación para programas de seguridad.
No obstante, organizaciones de derechos humanos han advertido que este tipo de medidas pueden abrir espacio a abusos, como la criminalización de jóvenes en situación de vulnerabilidad que no necesariamente forman parte activa de las pandillas. El debate, entonces, no se reduce a la fuerza de la represión, sino a cómo equilibrar seguridad con respeto a las garantías fundamentales.

Reacciones en el hemiciclo
Durante la sesión legislativa, distintos diputados coincidieron en que la violencia de las pandillas, especialmente la del Barrio 18, ha alcanzado niveles alarmantes. Se mencionaron las extorsiones millonarias al transporte público, los ataques armados contra comerciantes y el reclutamiento de menores como pruebas de que ya no se trata únicamente de “delincuencia común”.
Sin embargo, no todos los parlamentarios estuvieron de acuerdo. Algunos señalaron que un punto resolutivo no es suficiente y que se requieren reformas estructurales que fortalezcan a la Policía Nacional Civil, el Ministerio Público y el sistema judicial. También hubo quienes recordaron que en ocasiones anteriores el Congreso ha emitido resoluciones similares que no fueron implementadas por el Ejecutivo.
El impacto en la vida cotidiana
La posible declaratoria de terroristas al Barrio 18 y a la Mara Salvatrucha no es solo un tema político o jurídico; tiene un efecto directo en la vida diaria de miles de guatemaltecos. Los usuarios del transporte público, los comerciantes y hasta las familias que viven en colonias controladas por las pandillas esperan que esta medida signifique un respiro frente a las extorsiones y a la violencia.
Sin embargo, la experiencia en otros países de la región muestra que, aunque estas designaciones son un paso importante, no son una solución definitiva. En El Salvador, por ejemplo, la guerra abierta contra las pandillas ha reducido drásticamente los homicidios, pero también ha generado críticas internacionales por la supuesta violación de derechos humanos.
Un paso simbólico pero necesario
En el fondo, la resolución del Congreso tiene un fuerte componente simbólico. Colocar al Barrio 18 y a la Mara Salvatrucha en la misma categoría que grupos terroristas internacionales envía un mensaje claro: el país no tolerará más sus acciones criminales.
La pregunta clave es si el Ejecutivo responderá con la misma contundencia o si, como en ocasiones anteriores, el punto resolutivo quedará en el papel. Lo cierto es que, con la presión de Estados Unidos y la creciente ola de violencia, el margen para la inacción es cada vez más reducido.
Para más Información en Nuevo Mundo