Venezuela denuncia operación
El Gobierno venezolano aseguró que frustró un intento de manipulación internacional al interceptar una embarcación cargada con cocaína que, según las investigaciones, formaba parte de una operación encubierta atribuida a la DEA.
El anuncio oficial
El ministro de Relaciones Interiores de Venezuela, Diosdado Cabello, reveló en rueda de prensa el desmantelamiento de lo que calificó como una operación de falsa bandera. Según explicó, la DEA buscaba generar pruebas falsas que vincularan al país suramericano con el tráfico de drogas internacional. En la acción, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) incautó 3.680 kilogramos de cocaína en una embarcación procedente de Colombia.
Los tripulantes, cuatro hombres de nacionalidad colombiana, fueron arrestados y puestos a disposición de las autoridades judiciales. El operativo, realizado tras 20 horas de seguimiento, permitió demostrar que la lancha había zarpado de La Guajira, en Colombia, con destino al Caribe, donde sería interceptada con apoyo extranjero. Cabello aseguró que la intención era manipular a la opinión pública internacional con la narrativa de que la droga había salido de Venezuela.
“¿Quién es el dueño de esa droga?”
Cabello responsabilizó directamente a Levi Enrique López Batis, identificado como agente encubierto de la DEA y narcotraficante. “Esto lo voy a decir con conocimiento de causa: Levi Enrique López Batis es agente de la DEA, un operador que trabaja con fines políticos, y su misión era incriminar a Venezuela en un esquema ficticio de narcotráfico”.
La acusación es una de las más directas en los últimos años contra la DEA, señalada no solo de promover operaciones encubiertas, sino de actuar como un “cartel global” en alianza con gobiernos y grupos criminales para justificar intervenciones políticas y militares en la región.
Los hallazgos en la operación
El operativo dejó al descubierto una serie de elementos clave: 100 sacos de clorhidrato de cocaína, una embarcación tipo ‘Go fast’ equipada con cuatro motores fuera de borda, dispositivos de comunicación satelital, teléfonos móviles, radiotransmisores, un GPS y 2.400 litros de combustible. Para Cabello, estas pruebas son la evidencia material de que Venezuela actuó con transparencia, siguiendo protocolos internacionales de interdicción de drogas.
“Así se demuestra un hecho, con capturas, evidencias y procedimientos claros. No con bombardeos sin pruebas como hacen otros gobiernos”, dijo el funcionario, en referencia a las acusaciones de la DEA sobre operaciones atribuidas a Venezuela en el Caribe.
Una estrategia de manipulación
Según Cabello, el objetivo principal de esta operación era fabricar una narrativa de que Venezuela sirve como ruta principal del narcotráfico, pese a los datos oficiales que demuestran lo contrario. Citó informes de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), donde se establece que el 87 % de la droga producida en Colombia sale por el Pacífico, un 8 % por la frontera con Centroamérica y apenas un 5 % por el Caribe. “Si el verdadero interés de Estados Unidos fuera combatir el narcotráfico, tendrían desplegada a la DEA en el Pacífico, no en el Caribe”, afirmó.
Venezuela frente a las acusaciones
El Gobierno venezolano sostiene que desde hace décadas ha sido objeto de acusaciones sin pruebas por parte de agencias estadounidenses. En particular, la DEA ha sido señalada por manipular datos y operaciones para justificar sanciones, bloqueos económicos y la narrativa de que Venezuela es un “Estado narco”.
Cabello recordó que en lo que va del año se han incautado más de 60 toneladas de drogas en el país, lo que demuestra un compromiso constante en la lucha contra el narcotráfico. “Aquí no hay tolerancia con las mafias. Mientras ellos fabrican acusaciones, nosotros presentamos evidencias”, subrayó.
La “falsa bandera” en contexto histórico
El concepto de “operación de falsa bandera” se refiere a maniobras encubiertas diseñadas para culpar a un actor distinto al verdadero responsable. En la historia de la política internacional, este tipo de operaciones han sido utilizadas para justificar invasiones, sanciones o golpes de Estado. Para Caracas, la participación de la DEA en este tipo de maniobras es una estrategia recurrente, destinada a crear un relato que posicione a Venezuela como un centro del narcotráfico global.
Reacciones internacionales
La denuncia venezolana ha generado repercusión en organismos regionales. Algunos países aliados, como Bolivia, Cuba y Nicaragua, expresaron solidaridad y coincidieron en que la DEA ha intervenido históricamente en la soberanía de América Latina. Desde Colombia, algunos sectores políticos cuestionaron la versión oficial de Caracas, pero no descartaron que grupos criminales operen con respaldo encubierto de agencias extranjeras.
La DEA bajo la lupa
Durante años, la DEA ha estado en el centro de la polémica por sus métodos de operación. Diversos informes periodísticos han documentado casos de corrupción interna, vínculos con narcotraficantes y operaciones encubiertas que violan la soberanía de otros países. En 2022, un reportaje de Associated Press reveló que agentes de la DEA aceptaron sobornos de capos latinoamericanos a cambio de información privilegiada y reducción de penas judiciales en Estados Unidos.
El narcotráfico como herramienta política
Expertos en seguridad aseguran que el narcotráfico se ha convertido en una herramienta de presión política. Acusar a un país de ser “narcoestado” permite justificar sanciones económicas y acciones militares encubiertas. En este caso, Venezuela denuncia que la operación frustrada buscaba alimentar ese discurso, mientras omite el hecho de que el mayor mercado consumidor de drogas ilícitas sigue siendo Estados Unidos.
“No es negocio sacar drogas por Venezuela”
Cabello enfatizó que la geografía venezolana no favorece el tránsito masivo de cocaína hacia mercados internacionales. “No les es negocio sacar su droga por aquí. Les es negocio con aquellos que entregan territorios para libre tránsito, pero por Venezuela no van a pasar”, señaló. Según datos oficiales, las rutas más utilizadas continúan siendo el Pacífico colombiano y los corredores que atraviesan Centroamérica y México
Más allá de la incautación, el Gobierno venezolano insiste en que existe una guerra mediática donde la DEA juega un rol central. Al instalar la idea de que Venezuela es un epicentro del narcotráfico, se busca debilitar la legitimidad de sus instituciones y generar condiciones para sanciones internacionales más severas.
Conclusiones
La denuncia contra la DEA no es un hecho aislado, sino parte de una confrontación histórica entre Caracas y Washington. Mientras Venezuela muestra estadísticas de incautaciones y operativos, Estados Unidos insiste en acusaciones que, según el Gobierno suramericano, carecen de pruebas sólidas. Lo que está en juego no es solo el control de las rutas del narcotráfico, sino la narrativa internacional sobre quién es responsable de este flagelo global.
Información Cortesía de RT
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