El Comité del Nobel responde a las aspiraciones de Trump por el Premio de la Paz
El Comité Noruego del Nobel se pronunció este jueves respecto a la creciente atención mediática que han generado las aspiraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para convertirse en galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2025. Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, el mandatario republicano no ha ocultado su interés en obtener uno de los reconocimientos más prestigiosos del mundo, asegurando que “se lo merece” por haber contribuido, según él, a poner fin a “siete guerras”.
Un proceso independiente de la presión mediática
Kristian Berg Harpviken, secretario del Comité del Nobel, declaró a la agencia AFP que la organización mantiene un proceso de deliberación autónomo, ajeno a la cobertura mediática o a las campañas políticas que suelen acompañar cada nominación. “Por supuesto, observamos que hay mucha atención mediática hacia candidatos concretos”, reconoció. “Pero eso no tiene ningún impacto en las discusiones que se están llevando a cabo en el comité”, añadió.
En ese sentido, reiteró que los miembros del comité noruego evalúan cada candidatura según sus propios méritos y con base en la documentación aportada por expertos. “Ser nominado no es necesariamente un gran logro. El verdadero reconocimiento es convertirse en galardonado”, subrayó Harpviken. Cada año, cientos de personalidades, organizaciones y movimientos sociales ingresan en la lista de candidatos, que se mantiene bajo secreto estricto durante cinco décadas.
338 candidatos en 2025
Este año, el Premio Nobel de la Paz cuenta con 338 nominados, una de las cifras más elevadas en la historia reciente. La lista incluye desde líderes políticos y jefes de Estado hasta organizaciones internacionales, activistas sociales, defensores del medioambiente y periodistas. Sin embargo, solo un puñado de esos nombres pasan a la etapa de preselección, donde expertos temáticos evalúan en detalle los méritos y contribuciones de cada candidato.
De acuerdo con el protocolo, los informes de evaluación son los que enmarcan el debate final del comité. “No se trata de la noticia que ha recibido más atención en las últimas 24 horas, sino de un proceso largo y fundamentado”, recalcó Harpviken. El ganador será anunciado el próximo 10 de octubre en Oslo.
Las aspiraciones de Trump
Desde que volvió a ocupar la Casa Blanca en enero de 2025, Trump ha convertido el tema del Premio Nobel en una bandera política. En repetidas ocasiones, tanto en entrevistas como en discursos públicos, ha afirmado que su rol en la resolución de conflictos internacionales debería ser reconocido con el galardón. “Soy el presidente que puso fin a siete guerras. Nadie ha hecho más por la paz que yo”, declaró recientemente en un mitin en Texas, donde recibió ovaciones de sus seguidores.
Sus palabras, sin embargo, han sido objeto de críticas y debates. Especialistas en relaciones internacionales señalan que, si bien durante su administración se cerraron algunos conflictos activos y se lograron acuerdos puntuales, también se mantuvieron tensiones militares y se abrieron nuevos focos de inestabilidad. Para analistas independientes, Trump utiliza la narrativa del Premio Nobel como un instrumento político de legitimación tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
Un premio rodeado de historia y controversia
El Premio Nobel de la Paz, establecido en 1901, ha estado siempre en el centro de debates globales por las decisiones del comité a la hora de elegir a sus galardonados. Entre los premiados figuran figuras icónicas como Martin Luther King, la Madre Teresa de Calcuta, Malala Yousafzai, Nelson Mandela o Mijaíl Gorbachov. No obstante, también ha habido decisiones muy controvertidas, como el premio otorgado en 1973 a Henry Kissinger por las negociaciones de paz en Vietnam, pese a que el conflicto continuó años después.
En el caso de líderes políticos en activo, la polémica ha sido recurrente. Barack Obama, por ejemplo, recibió el Nobel de la Paz en 2009, apenas meses después de asumir la presidencia, en reconocimiento a sus esfuerzos por fortalecer la diplomacia multilateral. Sin embargo, críticos señalaron que el premio fue prematuro, dado que posteriormente su administración intensificó operaciones militares en varios frentes. Esa experiencia se cita con frecuencia como un precedente a la hora de evaluar figuras como Donald Trump.
El delicado equilibrio entre política y reconocimiento
La postura del comité noruego de no dejarse influir por presiones externas busca precisamente evitar que el Nobel se convierta en una herramienta de propaganda política. “Somos muy conscientes de que cada año hay varias campañas, y hacemos todo lo posible por estructurar el proceso de manera que no nos veamos indebidamente influenciados”, explicó Harpviken.
De hecho, expertos en comunicación política señalan que la insistencia de Trump en reclamar públicamente el Premio Nobel podría tener un efecto contraproducente, restando seriedad a su candidatura. En contraste, la mayoría de los nominados mantienen un perfil bajo y rara vez hablan del tema en público, conscientes de que la discreción es parte de la tradición de este reconocimiento.
Reacciones internacionales
Las aspiraciones de Trump no han pasado desapercibidas en el escenario global. Mientras algunos líderes conservadores europeos y grupos aliados en América Latina han expresado apoyo a la idea de que se premie al mandatario estadounidense, la mayoría de las reacciones internacionales han sido escépticas. Organizaciones de derechos humanos, como Human Rights Watch o Amnistía Internacional, han señalado que bajo su administración persistieron políticas migratorias duramente criticadas y un manejo unilateral de ciertos conflictos internacionales.
En las redes sociales, la noticia ha generado intensos debates sobre el premio. Algunos simpatizantes del expresidente lo consideran un “visionario incomprendido”, mientras que sus detractores lo acusan de intentar “reescribir la historia” para beneficio personal. Medios europeos destacan que la estrategia de Trump recuerda a campañas pasadas de líderes que, a pesar de sus aspiraciones, nunca llegaron a ser premiados.
El camino hacia octubre
A medida que se acerca la fecha del anuncio, la especulación crecerá inevitablemente. No obstante, si algo ha dejado claro el Comité Noruego del Nobel es que ni la popularidad ni la visibilidad pública son factores determinantes. El ganador de 2025 será aquel que, a juicio del comité, haya contribuido de manera concreta y verificable a reducir conflictos, promover la reconciliación o construir condiciones duraderas de paz.
En este sentido, la candidatura de Trump se enfrenta al mismo escrutinio que la de los otros 337 nominados, muchos de ellos activistas poco conocidos fuera de sus países, pero con trayectorias significativas en la promoción de derechos humanos o el trabajo humanitario en zonas de conflicto. Esa tensión entre la notoriedad mediática y el trabajo silencioso pero profundo es, en esencia, la que define el espíritu del Nobel de la Paz desde su fundación.
Un debate que trasciende fronteras
Independientemente del resultado o el premio en octubre, las aspiraciones de Trump ya han reavivado un debate más amplio: ¿debe el Nobel de la Paz reconocer a líderes en ejercicio que aún enfrentan críticas por sus políticas internas o externas? ¿O debería centrarse en movimientos sociales y figuras que, lejos del poder, arriesgan su vida por construir un mundo más justo?
La discusión, sin duda, continuará. Y en el centro de ella, Trump parece decidido a mantenerse como protagonista. “Gane o no gane el Nobel, lo que quiero es que el mundo sepa que soy un hombre de paz”, afirmó el presidente durante un discurso en Washington. Sus críticos, sin embargo, consideran que se trata de una narrativa más destinada a reforzar su imagen que a reflejar hechos concretos.
El próximo 10 de octubre, el anuncio en Oslo despejará las dudas. Hasta entonces, el premio nombre de Trump seguirá ocupando titulares, pero la decisión final estará en manos de un comité que, al menos en sus palabras, insiste en mantener la independencia que ha caracterizado al Nobel de la Paz durante más de un siglo.
Información Cortesía de RT
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