La actuación de EE.UU. en América Latina fue duramente cuestionada por el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, quien aseguró que Washington ejerce presiones sobre países de la región con el objetivo de expandir su influencia territorial o apropiarse de recursos naturales estratégicos. Las declaraciones se producen en un contexto de creciente tensión geopolítica y de críticas abiertas al despliegue militar estadounidense en el Caribe.
Durante una intervención pública, Jameneí sostuvo que las presiones de Estados Unidos no responden únicamente a intereses políticos, sino también económicos y estratégicos. En su visión, estas acciones buscan someter a los países latinoamericanos a decisiones que beneficien directamente a Washington.
Las palabras del líder iraní reavivan el debate internacional sobre el papel de EE.UU. en América Latina y sus implicaciones para la soberanía de los Estados de la región.
Presiones y objetivos estratégicos
Según Jameneí, Estados Unidos utiliza distintos mecanismos de presión para imponer su voluntad sobre países latinoamericanos. Estas presiones pueden manifestarse, explicó, en intentos de expansión territorial o en el control de recursos subterráneos, como el petróleo.
El líder supremo iraní afirmó que este tipo de prácticas no son nuevas y forman parte de una estrategia histórica de dominación. A su juicio, EE.UU. en América Latina ha recurrido reiteradamente a la coerción política, económica y militar para asegurar sus intereses.
Estas declaraciones se suman a una narrativa crítica que cuestiona la legitimidad de las acciones estadounidenses en la región.
La resistencia como respuesta
En su discurso, Jameneí subrayó la importancia de la “resistencia nacional” frente a las presiones externas. Definió este concepto como la capacidad de un país para mantenerse firme ante cualquier intento de sometimiento.
Desde esta perspectiva, resistir implica no ceder ante amenazas ni condicionamientos que busquen obligar a una nación a renunciar a su soberanía. Para el líder iraní, esta postura es clave frente a la política de EE.UU. en América Latina.
El mensaje estuvo dirigido tanto a gobiernos como a pueblos que, según Irán, enfrentan presiones similares por parte de potencias extranjeras.
Relación tensa entre Washington y Teherán
Las críticas de Jameneí se producen en un momento de relaciones particularmente difíciles entre Irán y Estados Unidos. El programa nuclear iraní ha sido uno de los principales focos de tensión entre ambos países.
En junio pasado, fuerzas israelíes y estadounidenses bombardearon territorio iraní, un episodio que elevó significativamente el nivel de confrontación. Aunque el conflicto concluyó tras doce días con un cese al fuego, las diferencias persisten.
En este contexto, las críticas al papel de EE.UU. en América Latina se insertan en una disputa geopolítica más amplia.
El debate sobre el enriquecimiento de uranio
Washington ha manifestado su disposición a dialogar con Teherán, pero exige que Irán renuncie al enriquecimiento de uranio. Esta condición ha sido rechazada por las autoridades iraníes.
El representante permanente de Irán ante la ONU, Amir Saeid Iravani, afirmó que insistir en una política de “enriquecimiento cero” contradice los derechos del país como miembro del Tratado de No Proliferación Nuclear.
Irán sostiene que no cederá ante presiones ni intimidaciones, una postura que también aplica a su visión crítica sobre EE.UU. en América Latina.
Críticas al despliegue militar en el Caribe
Desde Teherán también se ha cuestionado el despliegue militar estadounidense en el mar Caribe. Irán considera que esta presencia tiene implicaciones directas para la estabilidad regional.
Las autoridades iraníes han denunciado la toma militar de tanqueros y la apropiación de crudo venezolano, acciones que califican de ilegales.
Este posicionamiento refuerza la crítica al papel de EE.UU. en América Latina, especialmente en relación con Venezuela.
Venezuela en el centro de la disputa
Desde agosto, Estados Unidos mantiene uno de los mayores despliegues militares de las últimas décadas en aguas del Caribe. Inicialmente, Washington justificó la operación como parte de la lucha contra el narcotráfico.
Sin embargo, con el paso de los meses, la narrativa oficial cambió hacia un enfoque centrado en el control de recursos energéticos venezolanos, según denunció el Gobierno de Caracas.
Este giro ha intensificado las críticas sobre la estrategia de EE.UU. en América Latina.
Consecuencias humanas y denuncias internacionales
Las operaciones militares estadounidenses han tenido consecuencias letales. Más de cien personas han muerto como resultado de bombardeos contra pequeñas embarcaciones en el Caribe y el Pacífico.
Caracas sostiene que EE.UU. no ha demostrado públicamente la vinculación de estas embarcaciones con actividades ilícitas.
Estos hechos han incrementado la presión internacional y el cuestionamiento al accionar de EE.UU. en América Latina.
Reunión de emergencia en la ONU
Ante la escalada de tensiones, el Consejo de Seguridad de la ONU celebró una reunión de emergencia a solicitud de Venezuela. Durante la sesión, el representante venezolano denunció una violación masiva del derecho internacional.
Samuel Moncada calificó las acciones estadounidenses como un intento de recolonización del continente.
La discusión volvió a poner en el centro del debate el rol de EE.UU. en América Latina.
Respaldo internacional a Venezuela
La posición de Caracas recibió el apoyo de varios países, entre ellos Rusia, China, Brasil, Colombia, México, Nicaragua y Cuba.
El representante ruso ante la ONU advirtió que las acciones contra Venezuela podrían convertirse en un modelo para futuras intervenciones en la región.
Este respaldo internacional refuerza las críticas al papel de EE.UU. en América Latina.
Información cortesía de RT
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