Presión de EE.UU. contra Maduro volvió a escalar esta semana luego de que la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, afirmara públicamente que el presidente de Venezuela “debe irse”, en medio de un incremento de acciones militares, económicas y políticas impulsadas por Washington en el mar Caribe.
Las declaraciones de la funcionaria estadounidense se produjeron durante una entrevista concedida a Fox News, en un contexto marcado por la interceptación de buques petroleros venezolanos, el despliegue de fuerzas militares estadounidenses en la región y un endurecimiento del discurso oficial contra el Gobierno de Nicolás Maduro.
Este nuevo episodio refuerza la presión de EE.UU. contra Maduro, una estrategia que ha generado reacciones encontradas a nivel internacional y que vuelve a colocar a Venezuela en el centro de la disputa geopolítica regional.
Declaraciones que elevan la tensión diplomática
Kristi Noem aseguró que las recientes incautaciones de embarcaciones no solo buscan frenar actividades ilícitas, sino enviar un mensaje directo a la comunidad internacional. Según la secretaria, Estados Unidos no tolerará lo que considera prácticas ilegales vinculadas al Gobierno venezolano.
Durante la entrevista, Noem insistió en que la presión de EE.UU. contra Maduro responde a la necesidad de proteger a la población estadounidense, al acusar a Caracas de utilizar recursos del negocio petrolero para financiar el tráfico de drogas hacia territorio norteamericano.
La funcionaria subrayó que Washington considera al Gobierno venezolano como un “enemigo” y justificó las medidas adoptadas como parte de una política de seguridad nacional más amplia.
El papel del petróleo en el conflicto
El petróleo venezolano se ha convertido nuevamente en un eje central del conflicto. Las autoridades estadounidenses sostienen que los ingresos provenientes de la exportación de crudo estarían siendo utilizados para actividades ilegales, una acusación que Caracas rechaza de manera categórica.
La presión de EE.UU. contra Maduro incluye la interceptación de buques que transportan petróleo venezolano, acciones que el Gobierno bolivariano ha denunciado como actos de piratería internacional y una violación del derecho marítimo.
Venezuela asegura que estas medidas buscan asfixiar su economía y apropiarse de recursos estratégicos, mientras Washington sostiene que actúa para proteger sus intereses y frenar el narcotráfico.
Respuesta del Gobierno venezolano
Desde Caracas, el presidente Nicolás Maduro ha respondido con dureza a las declaraciones de la funcionaria estadounidense. El mandatario ha acusado a Estados Unidos de ejecutar una política de agresión sistemática y de violar principios fundamentales del derecho internacional.
El Gobierno venezolano ha reiterado que la presión de EE.UU. contra Maduro forma parte de una estrategia para forzar un cambio de gobierno, algo que considera inaceptable e ilegal.
Asimismo, las autoridades venezolanas han anunciado que impulsarán acciones legales y diplomáticas para denunciar estas operaciones ante organismos internacionales.
Despliegue militar en el Caribe
Desde hace varios meses, Estados Unidos mantiene un despliegue militar significativo en el Caribe, que incluye buques de guerra, aeronaves y operaciones de interdicción marítima. Washington justifica estas acciones como parte de la lucha contra el narcotráfico.
Sin embargo, organizaciones de derechos humanos y algunos legisladores estadounidenses han cuestionado la falta de pruebas públicas que respalden estas operaciones, señalando que podrían constituir ejecuciones extrajudiciales.
La presión de EE.UU. contra Maduro se ha traducido en ataques contra embarcaciones que supuestamente transportaban drogas, con un saldo de más de un centenar de personas fallecidas, según datos citados por organizaciones independientes.
Críticas y cuestionamientos internacionales
La escalada de tensiones ha provocado reacciones diversas en la comunidad internacional. Mientras algunos gobiernos respaldan la postura estadounidense, otros han expresado preocupación por el uso de la fuerza y sus consecuencias humanitarias.
Expertos en relaciones internacionales advierten que la presión de EE.UU. contra Maduro podría aumentar la inestabilidad regional y generar efectos colaterales en países vecinos.
Además, organismos multilaterales han pedido moderación y el respeto al derecho internacional, ante el riesgo de una escalada mayor en el Caribe.

Derechos humanos y debate interno en EE.UU.
Dentro de Estados Unidos, las acciones contra Venezuela también han sido objeto de debate. Activistas de derechos humanos han cuestionado el impacto de las sanciones y operaciones militares, señalando que afectan a la población civil.
Algunos congresistas han solicitado mayor transparencia al Ejecutivo, al considerar que la presión de EE.UU. contra Maduro carece de una estrategia clara de salida.
Pese a las críticas, la Casa Blanca ha reiterado que continuará con su política de mano dura hacia Caracas.
Un conflicto sin solución inmediata
La confrontación entre Washington y Caracas parece lejos de resolverse. Las declaraciones de Kristi Noem refuerzan una postura que apunta a mantener e incluso aumentar la presión de EE.UU. contra Maduro.
Mientras tanto, Venezuela insiste en que resistirá las sanciones y medidas coercitivas, denunciando una campaña de agresión que, según el Gobierno, busca apropiarse de sus recursos naturales.
El escenario actual refleja un conflicto complejo, con implicaciones económicas, políticas y de seguridad que continúan marcando la agenda regional.
Información cortesía de DW
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