Lo que comenzó como una actividad recreativa en el marco de las celebraciones de octubre se transformó en una manifestación de unidad y conciencia social. La Rodada del Terror Guatemala, organizada originalmente como un evento temático de disfraces y ciclismo nocturno, se convirtió este año en una marcha simbólica contra la violencia y la inseguridad que afecta a las familias guatemaltecas.
Más de cinco mil personas participaron en esta jornada pacífica, pedaleando por las principales avenidas de la capital con mensajes de esperanza, respeto y solidaridad. Bajo el lema “El verdadero miedo es vivir con violencia”, la Rodada del Terror Guatemala reunió a ciclistas, familias, estudiantes y activistas sociales en un evento que trascendió el entretenimiento para convertirse en un acto de conciencia colectiva.
Un evento con propósito ciudadano
La iniciativa fue promovida por grupos de ciclistas urbanos y colectivos culturales con el apoyo de la Municipalidad de Guatemala. A diferencia de ediciones anteriores, este año el recorrido incluyó paradas con mensajes sobre prevención de la violencia, respeto hacia las mujeres y convivencia ciudadana.
“Queríamos que la Rodada del Terror Guatemala no fuera solo una actividad de disfraces, sino una oportunidad para reflexionar sobre el miedo que vivimos todos los días: la inseguridad en nuestras calles”, expresó Andrea García, vocera del colectivo “BiciCiudad”.
Recorrido, participación y seguridad
El recorrido inició en la Plaza Italia, frente al Palacio de Justicia, y se extendió por la Avenida Reforma hasta llegar al Obelisco, donde se realizó una pausa simbólica en memoria de las víctimas de violencia. La Rodada del Terror Guatemala contó con acompañamiento de la Policía Municipal de Tránsito (PMT) y la Policía Nacional Civil (PNC), que garantizaron la seguridad de los participantes durante toda la actividad.
“Fue una rodada diferente, con mucha energía positiva. La gente pedaleaba con carteles que decían ‘Queremos vivir sin miedo’, y eso envió un mensaje muy poderoso”, comentó Juan Pablo Rivas, integrante del grupo “Pedales Libres”.
La voz de los jóvenes
Uno de los aspectos más destacados de la Rodada del Terror Guatemala fue la participación masiva de jóvenes universitarios. Decenas de colectivos estudiantiles se unieron para expresar su preocupación ante el aumento de los hechos violentos en el país. “No queremos normalizar el miedo. Queremos un futuro diferente”, dijo Alejandro Chacón, estudiante de sociología de la Universidad de San Carlos.
Los participantes también aprovecharon para promover el uso de la bicicleta como medio de transporte sostenible y seguro. “Pedalear juntos es también una forma de decir que queremos ciudades más humanas y menos agresivas”, señaló Karla Martínez, ciclista y voluntaria.
Arte, cultura y memoria en movimiento
Durante el trayecto, artistas urbanos realizaron intervenciones con luces, música y murales móviles que recordaban la importancia de la convivencia y la empatía. En la explanada del Obelisco, se colocó una instalación con cascos pintados de blanco en homenaje a las víctimas de violencia vial y social.
“El arte también puede sanar heridas. La Rodada del Terror Guatemala fue un espacio para transformar el miedo en esperanza”, comentó Melissa López, miembro del colectivo cultural “Luz y Ruedas”.
El apoyo institucional y la visión del Gobierno
El ministro de Cultura y Deportes, Rodolfo Méndez, destacó el valor ciudadano del evento. “Esta iniciativa demuestra que la juventud guatemalteca está comprometida con la paz y la participación cívica. Nos sumamos a este movimiento que une el deporte, el arte y la conciencia social”, expresó.
La Municipalidad de Guatemala también brindó apoyo logístico con iluminación, señalización y puntos de hidratación. “Queremos que cada espacio público sea un lugar seguro y de encuentro”, afirmó el alcalde capitalino Ricardo Quiñónez.
Testimonios y espíritu solidario
Entre los asistentes se encontraban familias completas y grupos de amigos que decoraron sus bicicletas con luces y mensajes de paz. “Vine con mis hijos porque quiero que crezcan sin miedo. Este país puede cambiar si todos participamos”, dijo Patricia López, madre de familia y ciclista aficionada.
“No fue una protesta, fue una celebración de vida. La Rodada del Terror Guatemala nos recordó que la ciudad puede ser nuestra si la ocupamos con respeto y solidaridad”, opinó Mario Escobar, vecino de la zona 1.
Redes sociales y repercusión pública
El evento fue tendencia en redes sociales con las etiquetas #RodadaDelTerrorGT y #PedaleandoPorLaPaz. Videos y fotografías compartidas por los asistentes mostraron la energía positiva y la organización impecable del recorrido. Influencers y medios locales destacaron el carácter familiar y el mensaje social del evento.
La Rodada del Terror Guatemala también motivó a otras ciudades del país a replicar actividades similares. En Quetzaltenango, Antigua Guatemala y Cobán se preparan rodadas nocturnas temáticas con fines culturales y solidarios.
Un mensaje de esperanza
Más allá de los disfraces, las luces y la música, la Rodada del Terror Guatemala dejó una enseñanza clara: la unión ciudadana puede vencer el miedo. “Cuando salimos juntos a las calles, demostramos que somos más los que queremos un país seguro y en paz”, expresó el ministro Méndez durante el cierre del evento.
Los organizadores anunciaron que en 2026 la actividad se consolidará como una “Marcha Nacional por la Paz y la Movilidad Segura”, integrando a comunidades de todo el país. “El terror se combate con empatía, con arte y con participación”, concluyó Andrea García, de BiciCiudad.
La Rodada del Terror Guatemala se convirtió en una jornada de reflexión, arte y convivencia que reafirma el espíritu solidario de los guatemaltecos. En tiempos donde la violencia genera miedo, miles de ciclistas decidieron transformar la oscuridad en esperanza, pedaleando juntos por la paz y el respeto mutuo.
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