El kilómetro 24 ruta a El Salvador sigue generando preocupación nacional. La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) confirmó que los daños estructurales producto de los derrumbes se han extendido hasta el kilómetro 25. La institución advierte que el terreno sigue inestable y que podrían presentarse nuevos colapsos en los próximos días.
El deslizamiento que marcó la crisis vial en Kilómetro 24 ruta a El Salvador
El 29 de septiembre, un gigantesco derrumbe sepultó parte de la carretera en el kilómetro 24 ruta a El Salvador, dejando un saldo de al menos seis personas fallecidas y decenas de desaparecidos. El evento natural, provocado por la saturación de agua en el suelo, se convirtió en una tragedia nacional que paralizó el tránsito hacia el oriente del país.
Desde entonces, cientos de familias de los municipios de Fraijanes, Villa Canales y Santa Catarina Pinula se han visto directamente afectadas. El cierre del tramo, que conecta la capital con Jutiapa y Jalapa, generó embotellamientos de hasta cinco horas en las rutas alternas.
“Nunca habíamos visto algo así. La tierra se vino abajo como si fuera arena. Se escuchó un estruendo y todo desapareció”, relató María López, residente de la zona afectada.
Evaluación de la CONRED: los daños van más allá del Kilómetro 24 ruta a El Salvador
Tras varios días de análisis geotécnico, la CONRED y el Ministerio de Comunicaciones confirmaron que los daños se han extendido al tramo contiguo, comprendido entre los kilómetros 24 y 25 de la ruta a El Salvador.
“La falla geológica se ha expandido y ahora abarca un radio mayor. Hay grietas profundas que afectan la estabilidad del terreno en el kilómetro 25”, informó el portavoz de CONRED, David de León.
Los ingenieros de COVIAL realizaron perforaciones para medir la humedad del suelo y determinaron que el talud continúa desplazándose lentamente. “El colapso inicial generó fracturas subterráneas que siguen activas. Si las lluvias persisten, podríamos tener nuevos derrumbes”, advirtió un informe técnico.
Reubicación de familias en riesgo
El director de CONRED, Oscar Cossio, indicó que más de 200 familias que viven cerca del kilómetro 24 ruta a El Salvador han sido notificadas para evacuar de manera preventiva. Muchas de ellas residen en colonias informales asentadas en los bordes del barranco.
“Estas viviendas están sobre suelos inestables. No podemos arriesgarnos a que ocurra otra tragedia. Se están habilitando albergues temporales en Fraijanes y Santa Catarina Pinula”, señaló Cossio.
Las imágenes satelitales muestran una gran franja de tierra colapsada que continúa extendiéndose, lo que obligó a las autoridades a ampliar la zona de exclusión y cerrar el paso completamente hasta nuevo aviso.
Impacto económico y social del cierre
El kilómetro 24 ruta a El Salvador es una de las vías más transitadas del país, con un promedio diario de 70,000 vehículos. Su cierre ha generado pérdidas estimadas en más de Q250 millones, según la Cámara de Comercio de Guatemala.
Transportistas de carga, líneas de autobuses y comercios locales se han visto severamente afectados. “El retraso en la entrega de mercancías y el aumento en los costos de transporte están golpeando a toda la cadena económica”, explicó el empresario José Dávila, de la Gremial de Transporte Pesado.
Mientras tanto, los vecinos denuncian que los precios de los combustibles y los alimentos han subido en las zonas aledañas debido al desvío de rutas y la escasez de productos.
La respuesta del Gobierno
El presidente Bernardo Arévalo visitó la zona del desastre y aseguró que se implementará un plan de reconstrucción integral. “El Estado no puede permitir que tragedias como la del kilómetro 24 ruta a El Salvador se repitan. Vamos a trabajar con transparencia y rigor técnico”, dijo.
El mandatario anunció la creación de una comisión interinstitucional liderada por el MICIVI, CONRED y el Ministerio de Ambiente, con el apoyo del Colegio de Ingenieros y la Universidad de San Carlos.
La meta es rediseñar el tramo carretero con estándares de ingeniería que contemplen la protección ambiental y la mitigación de deslizamientos.
Persiste el riesgo de nuevos derrumbes
Los especialistas advierten que la temporada de lluvias aún no ha terminado, lo que representa un riesgo constante para el terreno debilitado. “El suelo del kilómetro 24 y 25 está saturado y fracturado. Si se mantiene la lluvia por más de tres días consecutivos, podría ocurrir un nuevo colapso”, advirtió el geólogo Edgar Menéndez.
La CONRED mantiene el área en alerta roja y ha desplegado maquinaria para retirar escombros y monitorear los movimientos de tierra. Además, se instalaron estaciones sísmicas temporales para detectar posibles desplazamientos del subsuelo en tiempo real.
Un problema que viene de años
Expertos en urbanismo señalan que el desastre del kilómetro 24 ruta a El Salvador no fue un hecho repentino. Desde 2018, múltiples estudios habían advertido sobre la vulnerabilidad del terreno y el riesgo de construir proyectos habitacionales en los bordes del barranco.
“Durante años se ignoraron los informes técnicos. Se otorgaron licencias sin estudios geológicos adecuados”, explicó la urbanista María Fernanda Castañeda.
La funcionaria añadió que este caso refleja la falta de coordinación entre las instituciones encargadas de regular la expansión urbana. “Tenemos un Estado que reacciona, pero no previene”, sentenció.
El papel de los desarrolladores privados
El Ministerio Público investiga si empresas privadas realizaron movimientos de tierra no autorizados cerca del punto del colapso. Fuentes del MARN confirmaron que se revisan al menos tres proyectos que operaban con licencias vencidas.
“Estamos verificando si se cumplieron los requisitos ambientales y de construcción. En caso de encontrar irregularidades, se presentarán denuncias penales”, informó la viceministra Claudia Monzón.
Uno de los terrenos colindantes pertenece a una sociedad vinculada a un excandidato político, lo que ha generado cuestionamientos sobre la transparencia en la aprobación de permisos.
Las voces de los afectados
Decenas de familias permanecen en albergues improvisados, mientras otras se niegan a abandonar sus hogares por miedo a perderlo todo. “Llevamos 20 años viviendo aquí, no tenemos a dónde ir. Si nos sacan, nos quedamos sin nada”, dijo entre lágrimas Juana Méndez, madre de tres hijos.
Organizaciones humanitarias entregan víveres y asistencia psicológica, pero reconocen que la situación podría prolongarse por semanas.
Perspectiva ambiental y reconstrucción
El MARN anunció que antes de cualquier reconstrucción se realizará una evaluación ambiental estratégica. “No se puede volver a construir sin entender la dinámica natural del terreno. Debemos aprender del error”, enfatizó el ministro Julio César Contreras.
Ingenieros de la Universidad del Valle recomendaron la construcción de un viaducto elevado que permita mantener la estabilidad del suelo y reducir el riesgo de futuros colapsos.
“La reconstrucción del kilómetro 24 ruta a El Salvador debe ser un símbolo de resiliencia y planificación responsable”, afirmó el experto en infraestructura Fernando Ramírez.
Conclusión
El desastre del kilómetro 24 ruta a El Salvador es una lección dolorosa para Guatemala. La naturaleza advirtió durante años, pero la falta de acción y la corrupción administrativa convirtieron una advertencia en tragedia. Hoy, mientras el país intenta recuperarse, las autoridades deben asumir su responsabilidad y garantizar que nunca más se construya sobre un terreno condenado al colapso.
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