Un pandillero asesinado en Pavoncito reaviva el debate sobre el control de las cárceles en Guatemala. Las autoridades confirmaron que el reo, presunto miembro de la Mara Salvatrucha, fue atacado dentro del penal por otros internos. La investigación apunta a un ajuste de cuentas entre pandillas rivales.
Un nuevo hecho violento dentro del penal
El Sistema Penitenciario confirmó este lunes el hallazgo de un pandillero asesinado en Pavoncito, identificado preliminarmente como integrante de la estructura criminal Mara Salvatrucha (MS-13). El incidente ocurrió durante la madrugada en uno de los sectores donde se encuentran recluidos miembros de esa pandilla. Según los reportes, la víctima presentaba heridas de arma blanca y signos de tortura, lo que apunta a un ataque premeditado.
El hallazgo fue realizado por agentes penitenciarios que realizaban un conteo rutinario de internos. Al ingresar al sector, encontraron el cuerpo sin vida dentro de una celda compartida. De inmediato se notificó al Ministerio Público (MP) y a la Policía Nacional Civil (PNC), que llegaron al lugar para iniciar las investigaciones.
Pavoncito: Pandillero asesinado en Pavoncito
La Granja de Rehabilitación Pavoncito, ubicada en el municipio de Fraijanes, es conocida por su historial de motines, asesinatos y fugas. El centro alberga a más de 3,000 reos, aunque su capacidad original es para 1,500. Esta sobrepoblación ha convertido al penal en un foco de tensión constante. El pandillero asesinado en Pavoncito se suma a una larga lista de hechos violentos registrados en los últimos años.
El penal ha sido escenario de enfrentamientos entre integrantes del Barrio 18 y la MS-13, dos de las principales pandillas del país. Aunque las autoridades aseguran mantenerlos en sectores separados, los reclusos logran mantener comunicación mediante teléfonos celulares, mensajes y redes de apoyo externas. Esto ha permitido que los conflictos continúen incluso dentro de los muros del presidio.
La versión oficial
El portavoz del Sistema Penitenciario, Rudy Esquivel, confirmó el hecho e informó que el área fue asegurada para evitar nuevos incidentes. “Se trata de un hecho violento ocurrido entre privados de libertad. No se reportan fugas ni heridos adicionales”, indicó. La institución coordinó con la PNC para reforzar la seguridad en los sectores donde permanecen miembros de maras.
El pandillero asesinado en Pavoncito fue identificado por las autoridades como un hombre de 28 años, recluido desde 2021 por delitos de asesinato y extorsión. Su cuerpo fue trasladado al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) para la autopsia correspondiente. El MP investiga la posible participación de otros reclusos, quienes ya fueron trasladados a áreas de aislamiento.
Una cárcel bajo el control del crimen
Expertos en seguridad señalan que Pavoncito, junto con Pavón y El Boquerón, forma parte del “triángulo rojo” del sistema penitenciario guatemalteco. En estos centros, las pandillas ejercen un control paralelo, cobrando extorsiones, distribuyendo drogas y ordenando ataques desde el interior. El pandillero asesinado en Pavoncito podría ser parte de una disputa interna por liderazgo o traición.
Según un exagente del Sistema Penitenciario, los reos mantienen estructuras jerárquicas con “voceros”, “soldados” y “operadores”. Cada decisión importante se consulta con los líderes ubicados en diferentes cárceles del país. “Pavoncito es como una ciudad dentro de otra. Nada se mueve sin que los cabecillas lo autoricen”, explicó bajo condición de anonimato.
El papel del Ministerio de Gobernación
El ministro Francisco Jiménez lamentó el hecho y aseguró que se reforzará la vigilancia. “No toleraremos más muertes dentro de los penales. Estamos implementando un nuevo modelo de control y rotación de custodios para romper los nexos internos entre guardias y reos”, señaló. Además, confirmó que se revisarán los protocolos de ingreso de objetos prohibidos, tras encontrarse armas artesanales en la escena del crimen.
El pandillero asesinado en Pavoncito ocurre en medio de una serie de operativos de requisa en diferentes cárceles del país, donde se han incautado celulares, dinero y droga. Las autoridades consideran que estas acciones han provocado represalias entre las estructuras criminales internas.
Antecedentes de violencia en Pavoncito
La cárcel Pavoncito ha sido escenario de algunos de los episodios más sangrientos del sistema penitenciario guatemalteco. En 2016, un motín dejó 14 reos muertos y varios heridos, luego de un enfrentamiento entre pandillas. En 2022, otro ataque interno resultó en la muerte de tres privados de libertad. Estos antecedentes refuerzan la percepción de que el penal es uno de los más peligrosos del país.
El hecho del pandillero asesinado en Pavoncito revive la preocupación de organizaciones de derechos humanos, que han denunciado el abandono institucional y la falta de políticas efectivas de rehabilitación. “Las cárceles guatemaltecas son centros de castigo, no de reinserción”, señaló un informe de la Oficina del Procurador de los Derechos Humanos (PDH).
Reacciones en redes sociales por pandillero asesinado en Pavoncito
El caso se viralizó rápidamente en redes sociales. En X (antes Twitter), el hashtag #Pavoncito se posicionó entre las tendencias nacionales. Usuarios expresaron indignación por la violencia dentro de los penales y exigieron una intervención más firme del gobierno. Algunos mensajes destacaron la necesidad de reformar el sistema carcelario, mientras otros celebraban el hecho como una “limpieza interna”, reflejando la polarización social respecto al tema.
Un usuario comentó: “Si el Estado no controla las cárceles, las pandillas lo harán. Pavoncito necesita una intervención urgente”. Mientras tanto, medios internacionales como Univisión y Telemundo retomaron la noticia, destacando la crisis de seguridad en el sistema penitenciario guatemalteco.
Opinión de expertos en criminología
El criminólogo Marvin Flores explicó que el pandillero asesinado en Pavoncito es un síntoma de una estructura carcelaria en colapso. “Las cárceles no están cumpliendo su función de rehabilitación. Se han convertido en centros de operaciones criminales donde las maras compiten por control y poder”, dijo. Añadió que la falta de clasificación de reos y el hacinamiento son factores que agravan la violencia interna.
Por su parte, la experta en derechos humanos Alejandra Véliz advirtió que los asesinatos dentro de los penales no deben normalizarse. “Cada muerte representa un fracaso del Estado en su deber de resguardar la vida, incluso de quienes cumplen condena”, señaló.
Las cifras del sistema penitenciario
Actualmente, Guatemala cuenta con 22 centros de detención que albergan a más de 27 mil reclusos, aunque su capacidad total es para 13 mil. El 40% de los presos pertenece a estructuras criminales, principalmente las pandillas Barrio 18 y MS-13. Los datos del Sistema Penitenciario muestran que cada año se registran al menos 80 muertes violentas dentro de las cárceles, entre asesinatos, riñas y suicidios.
Reformas en marcha
El gobierno anunció que presentará un proyecto de modernización del sistema carcelario. La iniciativa incluye la construcción de nuevos centros de detención de máxima seguridad, tecnología de monitoreo y capacitación del personal penitenciario. El pandillero asesinado en Pavoncito refuerza la urgencia de implementar estas medidas, que buscan reducir el hacinamiento y separar a los reos según su perfil delictivo.
La voz de las familias
Familiares del recluso asesinado llegaron a la morgue del Inacif en la zona 3 para identificar el cuerpo. En declaraciones a la prensa, lamentaron la falta de seguridad en los penales. “Sabíamos que estaba en peligro, pero nadie nos escuchó”, dijo una hermana del fallecido. La familia exigió una investigación imparcial y responsabilizó al Estado por no garantizar la integridad de los internos.
Conclusión
El pandillero asesinado en Pavoncito refleja la crisis estructural del sistema penitenciario guatemalteco: hacinamiento, corrupción, falta de control y ausencia de programas de rehabilitación. Mientras el Estado no retome el control total de las cárceles, los penales seguirán siendo laboratorios del crimen organizado. Más que una muerte aislada, este hecho es un recordatorio del urgente desafío que enfrenta Guatemala en materia de seguridad y justicia.
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