La cárcel de Zacapa Guatemala, conocida como el Centro de Detención Preventiva para Hombres de Los Jocotes, fue escenario de un escándalo nacional tras la difusión de una transmisión en vivo realizada por internos. En el video se observó consumo de licor, presencia de celulares y un ambiente de descontrol que obligó al Ministerio de Gobernación a destituir de inmediato al director del penal.
El escándalo en Los Jocotes
La polémica estalló cuando en redes sociales circuló un video transmitido desde el interior de la cárcel de Zacapa Guatemala. En las imágenes se observaba a reos bebiendo alcohol, con celulares en mano y con música a todo volumen. La grabación, compartida en plataformas como TikTok y Facebook, alcanzó miles de visualizaciones en pocas horas y generó indignación ciudadana.
La reacción fue inmediata: la Dirección General del Sistema Penitenciario anunció la destitución del director del penal, mientras se realizaba una investigación interna para identificar a los responsables de permitir este nivel de descontrol.
La cárcel de Zacapa Guatemala y sus antecedentes
La cárcel de Zacapa Guatemala, ubicada en el municipio de Gualán, es conocida por albergar a reos de alta peligrosidad vinculados a pandillas y crimen organizado. No es la primera vez que este centro penitenciario aparece en el ojo público: anteriormente se habían reportado fugas, ingreso de objetos ilícitos y riñas entre internos.
En informes de la Procuraduría de los Derechos Humanos se señalaba la falta de control penitenciario, corrupción en custodios y hacinamiento como problemas crónicos del penal.
La destitución del director
El Ministerio de Gobernación confirmó que, tras el escándalo en la cárcel de Zacapa Guatemala, el director fue destituido “para garantizar una investigación imparcial y enviar un mensaje de cero tolerancia al descontrol penitenciario”. Además, se anunció que otros funcionarios podrían enfrentar sanciones administrativas y penales si se comprueba su complicidad.
“Lo ocurrido en Los Jocotes es inaceptable. No permitiremos que las cárceles se conviertan en centros de privilegios para reos que deberían estar bajo estricto control”, señaló el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez.
El ingreso de ilícitos en las cárceles
Lo sucedido en la cárcel de Zacapa Guatemala refleja un problema estructural: la facilidad con la que entran licor, celulares y drogas en los centros penitenciarios. Pese a los bloqueadores de señal instalados en varias prisiones, los reos siguen teniendo acceso a internet, redes sociales y comunicación con el exterior.
Según datos del Sistema Penitenciario, en el último año se decomisaron más de 12 mil celulares en diferentes cárceles, lo que evidencia la magnitud del problema.
Reacciones ciudadanas
La indignación por lo ocurrido en la cárcel de Zacapa Guatemala se reflejó en redes sociales, donde usuarios exigieron mano dura contra los responsables y una revisión profunda del sistema penitenciario. Algunos reclamaron que, mientras los ciudadanos cumplen con la ley, los reos parecen tener privilegios dentro de prisión.

Impacto en la seguridad nacional
Expertos en criminología señalan que las cárceles mal administradas pueden convertirse en “universidades del crimen”, desde donde se ordenan extorsiones, secuestros y asesinatos. El caso de la cárcel de Zacapa Guatemala confirma este riesgo, pues los reos no solo tenían celulares, sino la libertad de transmitir en vivo, lo que pone en evidencia la debilidad del Estado para controlar a internos de alta peligrosidad.
Medidas anunciadas
Tras el escándalo, el Ministerio de Gobernación anunció varias acciones:
- Reforzar los anillos de seguridad en la cárcel de Zacapa Guatemala.
- Rotar al personal de guardias y custodios.
- Reinstalar bloqueadores de señal en celdas.
- Incrementar las requisas sorpresivas en todos los penales del país.
Además, se planteó la posibilidad de implementar cámaras de videovigilancia en áreas comunes de las cárceles para reducir el ingreso y uso de objetos ilícitos.
Conclusión
El escándalo en la cárcel de Zacapa Guatemala es una muestra de los grandes desafíos que enfrenta el sistema penitenciario: corrupción, falta de control y complicidad de algunos custodios. La destitución del director es un primer paso, pero especialistas coinciden en que se requieren reformas profundas para evitar que las prisiones sigan siendo centros de operación del crimen organizado.
Para más información en Nuevo Mundo