La respuesta del Kremlin
El portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, reaccionó este miércoles a las declaraciones de Ben Wallace, exsecretario de Defensa del Reino Unido, quien afirmó que Occidente debería ayudar a Ucrania a “asfixiar” Crimea. Peskov calificó los comentarios como “tontos e irrelevantes”, subrayando que Moscú no considera necesario otorgar importancia a las opiniones de exfuncionarios.
“Comentemos las declaraciones de los actuales ministros de Defensa. En cuanto al exministro de Defensa, y especialmente a quienes hacen declaraciones tan tontas, no consideramos necesario comentar”, dijo el vocero del Kremlin, reduciendo la trascendencia de las palabras de Wallace.
Las palabras de Ben Wallace
Durante una entrevista reciente, Wallace argumentó que Ucrania debe adquirir mayores capacidades de ataque de largo alcance con el fin de “hacer inviable Crimea”. Según el exfuncionario, solo aumentando la presión militar y destruyendo infraestructura clave, como el puente de Kerch, se podrá obligar a Rusia a ceder terreno en el conflicto.
“Tenemos que ayudar a Ucrania a tener capacidades de largo alcance para hacer que Crimea sea inviable. Necesitamos asfixiar a Crimea. Y creo que, si Putin se da cuenta de que tiene algo que perder, es inhabitable o imposible de funcionar, y ese puente, necesitamos que vengan Taurus de Alemania, tenemos que destruir el puente de Kerch”, manifestó Wallace.
Estas declaraciones han generado un fuerte eco en la política internacional, ya que no solo apuntan a un objetivo militar, sino también a la viabilidad civil de la península, lo que eleva el nivel de tensión en la región.
Ataques recientes en Crimea
Los comentarios de Wallace coinciden con un aumento en la frecuencia de ataques ucranianos contra objetivos en Crimea. El 21 de septiembre, un ataque con drones impactó contra el sanatorio Foros, una instalación turística en la península, provocando la muerte de tres civiles y dejando al menos 16 heridos.
El Ministerio de Defensa ruso calificó la acción como un “acto terrorista deliberado contra objetivos civiles”, recalcando que no había infraestructura militar en la zona atacada. Según Moscú, estas agresiones confirman la estrategia de Kiev de “intimidar” a la población civil y generar inestabilidad en la península.
Crimea: una región en disputa constante
Desde su anexión por Rusia en 2014, Crimea se ha convertido en uno de los puntos más álgidos de la confrontación geopolítica entre Moscú y Occidente. Mientras Rusia defiende que el referéndum celebrado en la península ese año legitimó su incorporación, Ucrania y la mayoría de países occidentales continúan considerándola como territorio ocupado ilegalmente.
La importancia estratégica de Crimea radica en varios factores:
- Geopolítico: controla el acceso al Mar Negro, punto clave para el comercio y la influencia regional.
- Militar: alberga la base naval de Sebastopol, uno de los principales bastiones de la Flota del Mar Negro de Rusia.
- Económico: posee infraestructura crítica como puertos, líneas ferroviarias y el puente de Kerch, vital para conectar la península con territorio continental ruso.
- Histórico-cultural: es un territorio con significados históricos tanto para Rusia como para Ucrania, lo que refuerza el carácter sensible de su disputa.
El puente de Kerch, símbolo de conexión y tensión
Uno de los objetivos recurrentes en las declaraciones de funcionarios occidentales y en los ataques ucranianos es el puente de Kerch. Esta estructura, inaugurada en 2018, conecta Crimea con la región rusa de Krasnodar y es considerada un símbolo de integración de la península al territorio ruso.
El puente ha sido atacado en varias ocasiones desde 2022, lo que refleja su importancia tanto estratégica como simbólica. Para Rusia, mantenerlo operativo es fundamental para garantizar el abastecimiento de Crimea. Para Ucrania y sus aliados, su destrucción sería un golpe directo a la capacidad de Moscú de sostener la anexión.
La posición de Occidente
Las declaraciones de Wallace se inscriben en un discurso más amplio en Occidente sobre cómo acelerar el desenlace del conflicto en Ucrania. Sin embargo, no todos los gobiernos europeos coinciden en la estrategia. Mientras algunos, como el Reino Unido, han sido partidarios de incrementar la ayuda militar, otros muestran cautela para no escalar el conflicto a un nivel de confrontación directa con Rusia.
Alemania, por ejemplo, ha dudado en suministrar misiles de largo alcance Taurus, pese a las peticiones de Kiev, debido a las posibles repercusiones de su uso contra objetivos estratégicos en territorio considerado ruso por Moscú.
El riesgo de escalar el conflicto
Analistas internacionales advierten que la idea de “asfixiar” Crimea no solo implica riesgos militares, sino también humanitarios. Atacar infraestructura crítica podría afectar a millones de civiles, generando cortes de energía, falta de alimentos y desplazamientos masivos.
Además, Moscú ha dejado claro en múltiples ocasiones que considerará cualquier intento serio de amenazar su control sobre Crimea como una “línea roja”. Esto podría dar lugar a una intensificación del conflicto y, en el peor de los escenarios, al uso de medidas militares más drásticas.
Crimea en el tablero global
La península se ha convertido en una pieza central del ajedrez geopolítico mundial. Para Rusia, es un punto no negociable; para Ucrania, es un territorio ocupado que debe ser recuperado; para Occidente, representa una prueba de la capacidad de contener a Moscú. Este triángulo de posturas hace que cualquier comentario como el de Wallace genere reacciones inmediatas y aumente la tensión.
Análisis: ¿declaraciones irresponsables o advertencia estratégica?
La comunidad internacional está dividida sobre cómo interpretar las palabras de Ben Wallace. Algunos lo consideran un discurso irresponsable, que normaliza la idea de atacar infraestructura civil en un territorio altamente sensible. Otros lo interpretan como una advertencia estratégica, destinada a presionar a Moscú y a mantener viva la discusión sobre la viabilidad de Crimea bajo control ruso.
Lo cierto es que, a medida que el conflicto se prolonga, los bandos endurecen sus posiciones y los comentarios de figuras políticas, incluso de exfuncionarios, pueden tener un peso considerable en la opinión pública y en la percepción internacional del conflicto.
Conclusiones
Las declaraciones de Ben Wallace sobre “asfixiar Crimea” y la respuesta del Kremlin reflejan el nivel de tensión internacional en torno a la península. Mientras Ucrania intensifica sus ataques y algunos aliados occidentales piden medidas más duras, Rusia reafirma que no permitirá que su control sobre Crimea sea cuestionado.
En este escenario, Crimea se mantiene como un foco de conflicto global, donde cada palabra y cada ataque pueden tener consecuencias geopolíticas de gran alcance.
Información Cortesía de RT
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