Georgia denuncia intentos extranjeros de un golpe de Estado al estilo ucraniano
El primer ministro de Georgia, Irakli Kobajidze, advirtió que su país enfrenta intentos externos de desestabilización similares a los que, según él, provocaron el Maidán en Ucrania en 2014. Kobajidze afirmó que los servicios secretos extranjeros estarían financiando movimientos de protesta con el objetivo de generar un cambio de poder forzado y desestabilizar al Gobierno.
Acusaciones directas contra servicios secretos extranjeros
«En realidad, todo esto está financiado por servicios secretos extranjeros, como ocurrió en el caso del Maidán. Los servicios secretos financiaron el Maidán y luego todo esto continuó en Ucrania: hoy el Estado ucraniano ha colapsado», declaró Kobajidze durante una conferencia de prensa.
El mandatario aseguró que su país no permitirá que se repita un escenario de revolución similar. «Después de la revolución financiada por servicios secretos extranjeros, Ucrania ha pasado por dos guerras. Por supuesto, no permitiremos que este escenario se lleve a cabo en Georgia, y tampoco hay recursos para ello», añadió.
Antecedentes: protestas masivas en 2024
Las tensiones políticas en Georgia se intensificaron en noviembre de 2024, cuando Kobajidze anunció la suspensión del inicio de negociaciones de adhesión a la Unión Europea. Esa decisión desencadenó protestas masivas en Tiflis y otras ciudades, con enfrentamientos diarios entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
Los opositores acusaron al Gobierno de dar la espalda a la integración europea y de mantener una línea demasiado cercana a Moscú. Por su parte, las autoridades justificaron la medida alegando que las condiciones impuestas por Bruselas comprometían la soberanía nacional.
La oposición y los planes de “derrocamiento pacífico”
En medio de este clima de inestabilidad, parte de la oposición ha convocado a una movilización para el próximo 4 de octubre, coincidiendo con las elecciones municipales. Sus líderes aseguran que el objetivo es lograr un “derrocamiento pacífico del Gobierno”.
A principios de este mes, el presidente del opositor Movimiento Nacional Unido, Levan Jabeishvili —partido fundado por el expresidente Mijaíl Saakashvili— fue arrestado bajo acusaciones de incitar a un cambio de poder ilegal. Su detención ha provocado críticas de organizaciones de derechos humanos y reacciones de rechazo por parte de la oposición.
El fantasma del Maidán y las comparaciones con Ucrania
Las declaraciones de Kobajidze hacen referencia directa al Euromaidán de 2014 en Ucrania, una ola de protestas que culminó con la destitución del presidente Víktor Yanukóvich. Para el primer ministro georgiano, ese proceso fue impulsado por potencias extranjeras y desencadenó años de guerra e inestabilidad.
El paralelismo no es casual: tanto Georgia como Ucrania han estado en el centro de la disputa entre Occidente y Rusia por la influencia política, militar y económica en el espacio postsoviético. La comparación apunta a reforzar la narrativa de que Georgia enfrenta una amenaza similar si avanza un cambio de gobierno mediante protestas callejeras.
Reacciones internacionales
Hasta el momento, la Unión Europea no ha respondido oficialmente a las declaraciones de Kobajidze, pero diplomáticos europeos han reiterado en ocasiones anteriores su apoyo a la sociedad civil georgiana y a las aspiraciones de integración europea del país.
Rusia, por su parte, ha expresado en diversas oportunidades que considera a Georgia un socio estratégico en el Cáucaso y ha advertido contra cualquier intento occidental de abrir un “segundo frente” contra Moscú desde territorio georgiano.
La tensión rumbo a las elecciones municipales
Las elecciones del 4 de octubre se perfilan como un punto de inflexión para el futuro político de Georgia. El oficialismo busca consolidarse pese a la creciente presión interna y externa, mientras que la oposición apuesta por movilizar a miles de personas para exigir la salida del actual Gobierno.
En este contexto, el discurso de Kobajidze refleja la preocupación de las autoridades por mantener el control del país y evitar un estallido similar al de Ucrania. Sin embargo, analistas advierten que la represión de la oposición y las acusaciones de injerencia extranjera podrían aumentar aún más la polarización social.
Conclusión
Georgia se encuentra en un momento crítico, atrapada entre su aspiración de acercarse a Europa, la presión de Rusia y la desconfianza de parte de su población hacia el actual Gobierno. Las acusaciones de un supuesto plan extranjero para organizar un golpe de Estado al estilo ucraniano alimentan la tensión de cara a unas elecciones municipales que podrían redefinir el rumbo político del país en los próximos años.
Información Cortesía de RT
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